Hallazgos en La Escombrera de Medellín: una deuda histórica con las víctimas del conflicto armado
Por: Maria José Salcedo
27 diciembre, 2024
El reciente hallazgo de restos óseos en La Escombrera, conocida como la fosa común urbana más grande del mundo, ha marcado un avance significativo en la búsqueda de verdad y reparación para las víctimas del conflicto armado en Colombia. Así lo afirmó el presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Alejandro Ramelli, quien calificó los descubrimientos como una “derrota aplastante al negacionismo”.
En una visita al lugar, Ramelli destacó que los trabajos en La Escombrera responden a una solicitud de más de 20 años liderada por las madres y familiares de personas desaparecidas en la Comuna 13 de Medellín. Según la JEP, el sitio podría contener los restos de al menos 502 personas desaparecidas durante el conflicto armado a inicios de los años 2000, en el marco de operaciones militares y acciones de grupos paramilitares.
El hallazgo, que incluye restos óseos de al menos tres personas, se dio tras la remoción de 36.450 metros cúbicos de tierra en la primera fase de excavación. Los trabajos, que comenzaron en julio de 2024, continuarán hasta el 30 de diciembre y se reanudarán en enero de 2025.
Alejandro Ramelli enfatizó que este avance es un esfuerzo por saldar una deuda histórica con las víctimas. “Hace más de 20 años, las madres buscadoras venían reclamando la presencia del Estado colombiano. Estamos aquí cumpliéndoles y seguiremos trabajando de la mano de ellas”, afirmó.
Además, el presidente de la JEP anunció que otras 10 personas serán citadas a comparecer ante la jurisdicción para aportar información sobre las desapariciones ocurridas en la Comuna 13. Estas acciones, según Ramelli, buscan consolidar una verdad judicial que contrarreste cualquier intento de minimizar o negar los crímenes cometidos.
Pronunciamiento de las madres buscadoras
Las madres y familiares de las víctimas, quienes han liderado durante décadas la búsqueda de sus seres queridos, expresaron su satisfacción por los avances, aunque subrayaron la responsabilidad del Estado en los hechos. En un comunicado, destacaron que estos hallazgos confirman los testimonios y denuncias que habían sido ignorados durante años.
“Nos dijeron que estábamos locas”, recuerdan algunas de las madres, quienes hoy ven cómo sus relatos, marcados por el dolor y la incertidumbre, se validan con el descubrimiento de los restos óseos.
Asimismo, hicieron un llamado al Gobierno Nacional y a la Gobernación de Antioquia para que La Escombrera sea reconocida como un lugar de memoria, honrando a las víctimas y garantizando que estos crímenes no se repitan.
La Escombrera se convirtió en un símbolo del conflicto armado en Colombia. Durante los años 2002 y 2003, en el marco de más de 35 operaciones militares, entre ellas la polémica Operación Orión, se cometieron graves violaciones a los derechos humanos, incluidas desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales.
Según organizaciones sociales, estas acciones contaron con la connivencia de grupos paramilitares, como el Bloque Cacique Nutibara, liderado por Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “Berna”.