Los cuerpos de siete mineros atrapados en un socavón ilegal fueron encontrados sin vida este lunes tras nueve días de labores ininterrumpidas de rescate en la vereda Brasilia, corregimiento de San Antonio, zona rural de Santander de Quilichao, norte del departamento del Cauca.

El trágico accidente se registró el pasado 11 de septiembre cuando ocurrieron dos derrumbes consecutivos al interior de una mina artesanal dedicada a la extracción de oro. El colapso de la estructura bloqueó completamente la entrada al socavón, dejando atrapados a los trabajadores a aproximadamente 30 metros de profundidad.

Las condiciones adversas del lugar dificultaron significativamente las operaciones de rescate. La inestabilidad del terreno y el ingreso de agua al túnel complicaron el acceso de los equipos especializados durante toda la semana.

Desde el momento del accidente, equipos de rescate conformados por organismos de socorro, bomberos, Defensa Civil, la Agencia Nacional de Minería y miembros de la comunidad local emprendieron una compleja operación de búsqueda y rescate que se extendió por nueve días consecutivos.

Las labores de rescate enfrentaron múltiples obstáculos técnicos debido a las precarias condiciones de seguridad de la mina informal y los riesgos de nuevos derrumbes que ponían en peligro a los equipos de socorro.

Las autoridades confirmaron la identidad de seis de las siete víctimas: Dayro Guerrero, Alejandro Larrahondo, Robert Balanta, Gabriel Balanta, Neftalí Trochez y Carlos José Piña. Un séptimo minero permanece sin identificación oficial confirmada.

Entre las víctimas se encontraban tanto ciudadanos colombianos como venezolanos, reflejando la composición multicultural de los trabajadores que se dedican a la minería artesanal en la región.

De acuerdo con el reporte oficial de las autoridades, las muertes se produjeron por asfixia debido a la falta de oxígeno dentro del socavón colapsado. Esta situación se habría generado como consecuencia directa del bloqueo total de la entrada tras los derrumbes.

La mina donde ocurrió el derrumbe funcionaba sin los permisos ambientales ni de seguridad requeridos por la legislación colombiana. Las autoridades han anunciado el inicio de una investigación formal para establecer responsabilidades penales y administrativas relacionadas con este incidente.

Este caso se suma a la extensa lista de tragedias asociadas a la minería sin regulación en Colombia. La situación es particularmente crítica en zonas rurales donde el control estatal presenta limitaciones y la extracción de oro se ha convertido en uno de los principales medios de subsistencia para numerosas comunidades.

La minería informal representa un desafío permanente para las autoridades colombianas, ya que combina necesidades económicas urgentes de las comunidades locales con riesgos significativos para la seguridad de los trabajadores y el medio ambiente.

Con información de bluradio