Habló padre de la niña que murió en centro comercial Gran Estación y señaló negligencia en el accidente

Por: Maria José Salcedo

30 diciembre, 2024

Habló padre de la niña que murió en centro comercial Gran Estación y señaló negligencia en el accidente

El pasado 11 de diciembre, la vida de la pequeña Samantha Álvarez, de solo 5 años, se apagó de manera trágica tras un accidente en el centro comercial Gran Estación, en Bogotá. Un gigantesco vidrio, desprendido de un local, le cayó encima mientras caminaba junto a sus padres. La familia, devastada por el suceso, ha levantado su voz para denunciar presuntas negligencias en el manejo del incidente, tanto por parte del centro comercial como de los organismos de emergencia.

De acuerdo con el relato de Ariosto Rodríguez, padre de Samantha, la niña estaba corriendo cerca del local de donde se desprendió el vidrio. Sin previo aviso, la estructura cayó, golpeando directamente su cabeza y quedando encima de su cuerpo. Rodríguez aseguró que el vidrio no se rompió al momento del impacto, lo que aumentó la gravedad de las lesiones de su hija.

“Creo que estaba con mala seguridad, tal vez. Esos vidrios deben ser puestos correctamente y con la seguridad adecuada”, expresó Rodríguez en entrevista con Noticias RCN.

Varios testigos en el lugar lograron retirar el vidrio del cuerpo de Samantha, pero fue solo después de este movimiento que la estructura finalmente se rompió. Según el testimonio del padre, los presentes intentaron socorrer a la niña antes de que fuera llevada a la enfermería del centro comercial.

Rodríguez, quien es paramédico, se mostró profundamente crítico con la atención recibida por su hija en los momentos cruciales tras el accidente. Relató que, pese a su experiencia profesional, el personal médico del centro comercial no le permitió intervenir en el manejo inicial de la emergencia, argumentando que debía respetar los protocolos establecidos.

“Cuando ingresé, la niña ya estaba sin signos vitales”, expresó con evidente dolor. Según su testimonio, las maniobras de reanimación que realizaron al interior de la enfermería fueron improvisadas y no adecuadas para una situación tan crítica.

Otro aspecto que generó indignación en la familia fue la demora en la llegada de la ambulancia. Según Rodríguez, el vehículo de emergencia tardó al menos 45 minutos en llegar al centro comercial, un tiempo que pudo haber marcado la diferencia en la vida de Samantha. Para cuando la ambulancia llegó, la pequeña ya no presentaba signos vitales.