La Fiscalía General de la Nación imputó este martes cargos a Harold Daniel Barragán Ovalle, alias ‘Harol’, convirtiéndose en la séptima persona procesada por el asesinato del exsenador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. El hombre de 25 años fue capturado el sábado en el occidente de Bogotá.

La entidad acusatoria imputó a Barragán los delitos de concierto para delinquir, homicidio agravado, porte de armas de fuego y uso de menores de edad para la comisión de delitos. El procesado no aceptó los cargos durante la audiencia celebrada ante el Juzgado 61 de Control de Garantías de Bogotá.

Según la fiscal Elsa Reyes, encargada del caso, Barragán actuó como jefe directo del sicario que disparó contra el político conservador el pasado 7 de junio en el parque El Golfito. El menor de 15 años que ejecutó el crimen fue condenado la semana anterior a siete años de cárcel.

La banda criminal “Plata o Plomo”

Durante la audiencia, la Fiscalía reveló que Barragán formaba parte desde 2023 de la organización criminal conocida como “Plata o Plomo”, que operaba en la localidad de Engativá. Esta estructura se dedicaba a la fabricación y distribución de drogas, obtención de armas y planificación de sicariatos, utilizando menores de edad para garantizar penas menores.

“Plata o Plomo” también era el nombre del grupo de WhatsApp donde la banda coordinaba sus actividades delictivas. La fiscal explicó que el procesado participó en cuatro videollamadas grupales para preparar el atentado contra Uribe Turbay y fue quien seleccionó al sicario menor de edad.

“Usted conocía previamente al menor de edad y este lo llamaba ‘su firma’”, señaló la fiscal Reyes durante la imputación. “Buscaban un menor de edad para que tuviera una pena menor y garantizara la impunidad”.

La investigación estableció que Barragán instruyó al sicario sobre el manejo del arma minutos antes del atentado, explicándole cómo disparar en ráfaga a través de una videollamada. Asimismo, coordinó múltiples seguimientos al senador, documentando en tiempo real su residencia, vehículo y actividades.

Tras el crimen, Barragán continuó apoyando a la organización criminal. Ayudó a Katerine Martínez, imputada por suministrar el arma al sicario, a huir hacia el departamento del Caquetá, donde fue capturada a mediados de junio. También mantuvo oculto durante semanas a Élder José Arteaga, alias ‘El Costeño’ o ‘Chipi’, capturado en julio y señalado como coordinador logístico del ataque.

En una entrevista con El Tiempo publicada el lunes, Barragán intentó minimizar su participación: “Yo era como el hijo de él [El Costeño]. Yo no tengo ningún vínculo con lo que pasó. No sabía nada de eso”.

Sin embargo, la fiscal citó varios audios posteriores al atentado donde Barragán intentaba desvincularse del crimen y presentar su participación como “marginal”. La evidencia recopilada por la Fiscalía contradice estas declaraciones, mostrando su rol activo en la planificación del magnicidio.

Después de casi tres meses de investigaciones, las autoridades han logrado establecer una línea de tiempo detallada y el rol específico de cada capturado. Sin embargo, permanece prófugo alias ‘El Mosco’, identificado por la Fiscalía como “el líder máximo” de la organización criminal.

La gran incógnita continúa siendo la identidad de los autores intelectuales que contrataron a la banda de Engativá. Aunque diversos informes periodísticos y fuentes policiales han señalado a disidencias de las extintas FARC como posibles responsables, no existe confirmación judicial al respecto.

Con información de caracol radio e infobae