Un total de 24 sujetos señalados de diferentes delitos como homicidio, extorsión,  narcotráfico, hurto agravado, concierto para delinquir, desplazamiento forzado y porte ilegal de armas, volvieron a las calles de Bogotá en los últimos días debido a la expiración de los plazos legales para la legalización de allanamientos y arrestos.

Los delincuentes, que operaban en las localidades de Ciudad Bolívar y Kennedy, dos de las zonas más inseguras de Bogotá, habían sido capturados por la policía en un amplio operativo, tras pasar hasta ocho meses de investigación, a fin de entregar oportunamente a la Fiscalía todas las pruebas para su enjuiciamiento. Sin embargo, los casos no fueron atendidos oportunamente  y el juez de control de garantías a cargo de estos casos decidió que debían ser liberados al vencerse los lapsos para que la Fiscalía hiciera la imputación respectiva.

Algunos de ellos, como los integrantes de la banda criminal “Los Tierreros” que opera de Ciudad Bolívar incluso celebraron en medio de la audiencia de judicialización tras ordenarse la libertad inmediata de los once indiciados, cuyo proceso pasará a una segunda instancia.

Cifras alarmantes

Este tipo de situaciones, atribuidas a ineficiencias en el sistema de justicia colombiano, por elementos como la falta de disponibilidad de jueces -especialmente después de las elecciones recientes- que retrasa los procedimientos legales, además de las presiones ejercidas por grupos armados sobre las decisiones judiciales, sigue agudizando la percepción de la inseguridad en la capital colombiana.

La inseguridad en Bogotá se ha convertido en una creciente preocupación para los ciudadanos, y según una encuesta de Invamer, el 76,2% de los habitantes de la ciudad considera que la inseguridad es el problema más grave, superando la movilidad y el desempleo. Y si hablamos del impacto en el comercio, el 64% de los comerciantes se sienten inseguros en sus lugares de trabajo.

Pero es que las cifras de delitos en sí mismas son alarmantes: Los secuestros aumentaron un 80% en los primeros seis meses del año en la ciudad, y el robo a personas alcanzó un promedio de casi 400 víctimas por día, un aumento del 28,1% con respecto a 2022. Los robos en residencias aumentaron un 31,7%, y los homicidios también crecieron un 11,1%.

Y cuando los esfuerzos para su control se diluyen con este tipo de situaciones, aumenta la presión de los habitantes para que la Alcaldía Mayor de Bogotá tome medidas como los corredores seguros para que al menos los estudiantes puedan circular tranquilamente hacia sus viviendas e instituciones académicas, a fin de evitar casos como la reciente violación de la estudiante en El Tintal.