José Alirio Chocué Molano, sabedor ancestral y firmante de paz, fue asesinado en su hogar ubicado en la zona rural entre los municipios de Silvia y Caldono, en el departamento del Cauca. La víctima, quien se desmovilizó tras la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC en 2016, fue atacada por tres hombres armados que le propinaron varios disparos.

El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) informó que el crimen ocurrió en el caserío Loma Larga, donde Chocué fue encontrado sin vida con múltiples impactos de arma de fuego. La zona, afectada por la presencia del frente Dagoberto Ramos, la mayor disidencia de las FARC, y bandas locales, ha sido testigo de actos violentos en el pasado.

Este asesinato se suma a una escalada de homicidios de guardias y comuneros en la última semana, generando gran preocupación en las comunidades indígenas. Yesid Conda, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), expresó su pesar y señaló que, a pesar de los acuerdos entre grupos armados y el gobierno, no se evidencian garantías ni manifestaciones de voluntad de paz.

Las autoridades y la guardia ancestral declararon alerta máxima ante la violencia que perturba la armonía en los territorios. Mauricio Capaz, líder del pueblo Nasa, destacó la necesidad urgente de medidas de protección colectiva para las comunidades indígenas, especialmente después de al menos ocho asesinatos en los últimos días y la pérdida de 15 sabedores ancestrales en años anteriores.

En respuesta al crimen, el Instituto Indepaz destacó que la Defensoría del Pueblo ya había emitido una alerta temprana para el municipio de Caldono, advirtiendo sobre el riesgo para defensores de derechos humanos y líderes sociales. La organización señaló que con el asesinato de Chocué Molano, ya son 11 los líderes sociales asesinados en lo que va del 2024, incluyendo 4 firmantes de paz.

Ante esta situación, Mauricio Capaz instó a la Fiscalía General de la Nación y demás organismos judiciales a tomar medidas contundentes para esclarecer estos crímenes y garantizar justicia. La presencia de grupos armados en la región hace evidente la necesidad de reforzar la protección y seguridad de las comunidades indígenas, asegurando que se respeten los acuerdos de paz y se detenga la violencia que amenaza la vida y la paz en la región.