Según los familiares de John Ferney Cano González, el hombre que asesinó al urólogo Juan Guillermo Aristizábal en la Clínica de Medellín, su rencor hacia el médico se originó después de que este le practicara una circuncisión que presuntamente salió mal.

La hermana de Cano González, Marcela Cano, afirma que en un documento de 369 páginas escrito por él, se detalla cómo después del procedimiento sufría de fuertes dolores e infecciones en el pene. Consultó nuevamente con Aristizábal, pero exámenes posteriores indicaban que el diagnóstico inicial era erróneo.

“Él manifestaba que lo mutilaron, de hecho le salía mucha sangre y pus. En ese proceso de cicatrización volvió donde el doctor para que lo revisara, pero después le salieron con unas condiciones y términos médicos muy raros. Más adelante le extirparon algo del pene y le hicieron el estudio a eso, el cual reflejaba que no era lo que el doctor había diagnosticado, y es que ese médico, sin argumentos y sin exámenes, le hizo un mal procedimiento”, detalló la familiar.

Debido a las complicaciones, Cano González visitó a otros 14 urólogos, pero el dolor era insoportable. Manifestaba constantemente a su familia su molestia con Aristizábal e intenciones de vengarse, llegando a decir frases como “Esa no se las paso, con esta sí me las paga”.

Otro hermano confirmó que Cano repetía que “se las tenía que cobrar” al médico, comentarios que también quedaron registrados con su psiquiatra. Incluso hubo una audiencia de conciliación en Fiscalía donde Aristizábal ofreció $5 millones de compensación, pero Cano los rechazó.

La familia señala que Cano perdió más de la mitad de la sensibilidad en su pene tras la circuncisión, lo que afectó gravemente su salud física y mental hasta el punto de dejar de hablar y comer. Finalmente, el 18 de abril cometió el crimen, provocó un incendio y luego se quitó la vida en la clínica.

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