El desgarrador relato de la madre de Isabella Mesa, la joven asesinada en Medellín
Por: Elizabeth Montoya
3 febrero, 2024
Sandra Mesa, madre de Isabella Mesa, la joven de 19 años que fue brutalmente asesinada en Medellín, rompió su silencio en una entrevista con EFE donde narró el calvario que vivió su hija previo al feminicidio a manos de su pareja, el soldado Sebastián Villegas de 21 años.
“Fui madre soltera y a sus 15 años me la llevé a México para alejarla del ambiente tan pesado en el que vivíamos en Medellín”, relató Sandra. Sin embargo, Isabella regresó recientemente ilusionada con iniciar una vida junto a Villegas, de quien se enamoró cuando eran adolescentes.
Según cuenta Sandra, la relación estuvo marcada desde el inicio por los celos extremos y el control obsesivo por parte de Villegas. “Le prohibía hablar con el padre del niño, le pedía videos de sus conversaciones. La obligaba a compartir pantalla en videollamadas para revisarle el celular”, aseguró.
Pese a estas señales, Isabella insistió en irse a vivir con Villegas en Medellín, dejando atrás a su hijo de 2 años. “Ella no tuvo papá. Creo que buscaba ese amor que le faltó y se refugiaba en el amor de un hombre”, analizó su madre.
El pasado 28 de enero, tras una discusión en una fiesta, Villegas asesinó a Isabella propinándole 24 puñaladas. Escondió su cuerpo en una maleta en la casa de sus padres. Al confesarles el crimen, la propia madre del victimario lo entregó a las autoridades.
Ese domingo, la mamá de Sebastián había madrugado para ir a misa y volvió a casa luego de las cuatro de la tarde. Al entrar, Sebastián trapeaba el piso limpiando la sangre de su crimen. Cuando le pidieron explicación, el hombre solo le contestó: “Maté a Isabella”.
La madre del soldado empezó a buscar a Isabella, pero su hijo no la dejó pasar a su habitación y le pedía que se fuera y que lo ayudara a escapar. Su madre salió desesperada y Sebastián ya intuía lo que iba a hacer porque le preguntó: “¿Me vas a entregar, cierto?”.
Efectivamente, la señora fue a denunciarlo, primero al batallón donde prestaba servicio y luego al CAI de la Policía. Fueron las autoridades las que encontraron el cuerpo de Isabella en la maleta posteriormente y Sebastián debió entregarse a las autoridades.
Tras confirmarse la horrible muerte de Isabella, su suegra buscó la forma de comunicarse con Sandra Milena en México. Con ayuda de su hija, localizó al papá de Maximiliano -el hijo de Isabella-.
“Yo siento que algo malo le pasó a Isabella”, le habría dicho Cristian, el exesposo de Isabella a Sandra Milena cuando le informó que la estaban buscando con urgencia y desesperación desde Colombia. Luego llegó la dolorosa llamada: “Yo lamento darle esta noticia. Mi hijo Sebastián mató a su hija”, le dijo la mamá del soldado por el celular.
La madre de Isabella asegura que el pánico se apoderó de ella y el cuerpo no le respondía, por lo que solo gritaba, desgarrada: “¡¿Por qué? ¿Qué pasó?!”
“No entiendo cómo esa madre, con los valores que demostró, puede tener un hijo de esa calaña. Me explicó que lo había entregado a las autoridades porque no era justo que una persona a la que Isabella amaba y en quien había confiado le hiciera eso”, asegura.
Sandra Milena viajó junto a su pequeño nieto, Maximiliano, para despedir a Isabella en Medellín. En el velorio, le llegó un mensaje de Sebastián disculpándose por lo que había hecho.
“Ni siquiera me pide perdón. Unas simples disculpas porque se enamoró como un loco. Que lo perdone Dios”, dijo Sandra, recordando que ya Sebastián le venía arrebatando la vida a su hija progresivamente: “La mató primero psicológicamente, luego con sevicia la siguió apuñalando cuando mi hija ya estaba muerta”.
Pese al horrible crimen, Sebastián se declaró inocente ante un juez, pidió casa por cárcel y negó que fuera un feminicidio. Por ello, Sandra Milena solo pide justicia para ella y para el pequeño Maximiliano, quien el próximo 12 de febrero cumple 3 años.
“Se me quitaron las ganas de vivir, pero voy a seguir adelante porque debo cuidar a mi nieto y a mi otro hijo”, asegura Sandra, reiterando que solo espera que el encargado de quitarle la vida a su hija cumpla una condena ejemplar.