El Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos y la Dirección de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional desmantelaron una peligrosa red de extranjeros que viajaban al país para tener encuentros sexuales con menores de edad en Medellín.

Según las investigaciones, los sujetos buscan niñas vírgenes, delgadas y atractivas, a las que les pagan entre 100.000 y 350.000 pesos. A cambio, las niñas son obligadas a pasar su primera experiencia íntima frente a una cámara y en algunos casos fueron retenidas hasta consumar los fetiches de sus “clientes”. Familiares de las víctimas aseguraron que los extranjeros se aprovechan de la vulnerabilidad económica de las menores en Medellín, para cometer estos aberrantes casos de explotación sexual.

 

Las obligaba a tatuarse

Uno de los expedientes más aterradores el el de un empresario de 32 años llamado Haven Edwardantione Cates.

Según los agentes, que lo detuvieron en Chicago tras haber rastreado las pruebas durante meses, obligaba a las menores a tatuarse su nombres como “evidencia” del abuso para poder depositarles el dinero acordado: “Cuando las víctimas se tatuaban, debían enviarle una foto de cuerpo entero en la que pudiera comprobar que su petición había sido cumplida”, destacaron las autoridades.

Incluso algunos obligan a las menores a tatuarse sus nombres como “evidencia” del abuso.

 

Grababa contenido para adultos con menores

Otro implicado en dicha red sería el luchador de artes marciales mixtas y actor porno Jaymes Schulte, quien grababa contenido con menores en la ciudad.

Según Migración Colombia, Schulte ingresó 10 veces al país en los últimos cuatro años, las cuales habría utilizado para grabar escenas de contenido para adultos, tras contactar menores de edad por medio de las redes sociales o por medio de sus cómplices.

Un video viral en internet lo puso en evidencia y agentes del Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos pagaron la suscripción a su cuenta pornográfica hasta ubicar a ocho víctimas que habrían sido grabadas en una casa de Laureles donde previamente se habían instalado cámaras ocultas.

A varias de ellas las intimidó para practicarle sexo oral y les aseguró que si no se dejaban grabar con el celular, no les pagaría. Incluso en un episodio divulgó por internet una orgía con cuatro menores que posteriormente fueron diagnosticadas con infecciones, pese a que les había mostrado un presunto certificado médico para “demostrar” que no tenía enfermedades sexuales.

El director de Protección y Servicios Especiales de la Policía, coronel Juan Pablo Cubides, aseguró que hasta ahora tienen 18 denuncias, pero que hay más adolescentes vinculándose a la investigación.

 

Decían que iban para donde una amiga

En el transcurso de las investigaciones, las familias de las adolescentes fueron notificadas de las escenas de pornografía que circulaban en internet por todo el mundo con el cuerpo desnudo de sus hijas.

Las madres, especialmente, aseguraron que todo esta situación se dio en parte a la falta de comunicación y tiempo, pues estaban dedicadas a trabajar para sostener a su familia. Y que precisamente la falta de dinero es lo que ellas creen que orilló a las adolescentes a actuar a escondidas para cubrir sus necesidades.

“Decía que iba para donde una amiga y yo no le preguntaba para dónde. Me contó llorando: [fui] por las necesidades que vi, que no alcanzaba para esto, pero vi la única opción, porque me ofrecieron buen dinero”, contó una de las madres, aunque señala que, por supuesto, esto no justifica toda la situación.

Las madres aseguraron que estarían más pendientes, especialmente a las actividades de sus hijas en internet, y ahora cuentan además con el acompañamiento de la Policía Nacional y la ONG Libertas International.