A partir de hoy lunes 15 de enero, Venezuela ha decidido poner fin al petro, la criptomoneda lanzada hace seis años por el presidente Nicolás Maduro. La medida, anunciada a través de un mensaje en la Plataforma Patria, implica el cierre de monederos y billeteras en criptomonedas, siendo este el único canal de intercambio para el cuestionado criptoactivo.

El petro, respaldado por las vastas reservas petroleras y minerales de Venezuela, fue presentado como una solución para eludir las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos. Sin embargo, desde su lanzamiento en 2018, la criptomoneda enfrentó numerosos obstáculos, incluyendo retrasos por problemas en la cadena de bloques, lo que generó dudas desde el inicio.

A pesar de tasarse en 60 dólares por unidad, vinculado al valor de un barril de crudo venezolano en aquel momento, el petro nunca logró ganar la confianza necesaria. “No hay confianza en el petro, porque no hay confianza en el emisor”, comentó el economista Henkel García, director de la firma Albus Data, en declaraciones a la AFP.

A lo largo de su existencia, el petro tuvo un uso limitado, principalmente en transacciones con el Estado, como el pago de impuestos. Más que como una criptomoneda funcional, el petro operó como una referencia de valor en medio de la crónica inflación y la constante depreciación del bolívar. Incluso el gobierno llegó a obligar a los bancos a presentar saldos en bolívares y petros.

El escándalo de PDVSA

La crisis del petro se agravó con el estallido de un gigantesco escándalo de corrupción en mayo del año pasado, vinculado a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Este escándalo implicó a responsables de la SUNACRIP (Superintendencia Nacional de Criptoactivos) y llevó a la renuncia del ministro de Petróleo, Tareck El Aissami.

La SUNACRIP, posteriormente, quedó bajo el control de una junta reestructuradora tras el arresto de su superintendente Joselit Ramírez y el jefe de operaciones de minería digital, Rajiv Mosqueda, por denuncias de irregularidades con fondos de operaciones petroleras realizadas con criptoactivos.

El cierre de la sede de la SUNACRIP marcó el declive definitivo del petro. Maduro, sin emitir mayores explicaciones, ha dejado de hacer referencia a la criptomoneda estatal en sus apariciones públicas.

Cabe destacar que, a pesar de la caída del petro, el uso de criptomonedas en Venezuela ha sido significativo mucho antes de la apuesta gubernamental por esta moneda. Los criptoactivos se han visto como un refugio frente a la inflación en el país sudamericano. Según una encuesta presentada en 2022 en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo, el 10,3% de los venezolanos poseen criptomonedas, superando a estadounidenses y británicos con un 8,3% y 5%, respectivamente. Además, el minado de criptomonedas es alto en Venezuela, impulsado por los bajos costos de la energía eléctrica.