Juliana Marins, una turista brasileña de 26 años, fue hallada sin vida el martes tras caer 300 metros en el cráter del volcán Rinjani, en Indonesia. La joven había estado desaparecida desde el sábado, cuando ocurrió el accidente durante una excursión guiada. Las labores de rescate se extendieron por más de tres días debido a las difíciles condiciones climáticas y de acceso en la zona.

El incidente se produjo mientras Juliana ascendía el volcán Rinjani, uno de los más altos y activos de Indonesia, ubicado en la isla de Lombok. Según testimonios, la joven se encontraba fatigada durante el ascenso. El guía de la excursión le habría recomendado descansar, y el grupo continuó el recorrido. Al regresar por ella, no lograron ubicarla. Posteriormente se supo que había resbalado y caído por un barranco de aproximadamente 300 metros de profundidad.

Drones operados por otros turistas lograron captar imágenes de Juliana con vida, encogida entre las rocas, poco después de la caída. Estas imágenes generaron esperanzas sobre su posible rescate. Sin embargo, el acceso al lugar era extremadamente complejo y los equipos de rescate no contaban con el equipo adecuado para una operación inmediata.

Durante los días posteriores a la caída, Juliana permaneció sin comida, agua ni protección contra las condiciones climáticas adversas. La zona se cubrió de neblina densa, lo que dificultó aún más las labores de rescate. Las autoridades reportaron que la joven habría intentado escalar para alcanzar un sitio más seguro, pero habría vuelto a resbalar.

Cuando los rescatistas finalmente lograron llegar hasta ella, Juliana ya había fallecido. El informe preliminar indica que la causa de la muerte fue una combinación de exposición al clima, deshidratación, hambre y heridas sin tratar. Su cuerpo fue encontrado en una posición diferente a la vista en los primeros videos, lo que sugiere que intentó moverse por su cuenta.

Durante la búsqueda, medios locales difundieron un video en el que se afirmaba falsamente que Juliana había sido rescatada y estaba siendo atendida médicamente. La noticia fue compartida ampliamente, y su familia en Brasil celebró la información. Sin embargo, más tarde se confirmó que se trataba de un contenido erróneo, lo que generó conmoción entre sus allegados.

Las circunstancias del incidente están siendo evaluadas por las autoridades locales, quienes analizan si hubo negligencia en la operación de la excursión. El hecho de que Juliana fuera dejada sola en el trayecto, sumado a la falta de equipos adecuados para rescatarla a tiempo, ha levantado cuestionamientos sobre la responsabilidad del guía y la agencia encargada.

El cuerpo de Juliana será repatriado a Brasil, mientras su familia y representantes consulares exigen una investigación exhaustiva sobre lo ocurrido. El caso ha generado amplio interés en medios internacionales y reabre el debate sobre las condiciones de seguridad en excursiones turísticas a zonas de riesgo.