En un mitin celebrado el pasado sábado en Wildwood, Nueva Jersey, Donald Trump hizo una promesa que podría tener un profundo impacto en la política fiscal de Estados Unidos: duplicar los recortes de impuestos si es reelegido como presidente. Esta declaración marca una clara diferencia con su rival político, el presidente Joe Biden, quien aboga por aumentos de impuestos para empresas y estadounidenses de altos ingresos.

Trump afirmó enfáticamente durante el evento que, en lugar de optar por aumentar los impuestos como propone Biden, su enfoque sería proporcionar “un gran recorte de impuestos para la clase media, la clase alta, la clase baja y la clase empresarial”. Esta declaración resalta su compromiso con políticas fiscales orientadas a reducir la carga impositiva para todos los sectores de la sociedad.

El próximo mandatario, sea Trump o Biden, enfrentará negociaciones fiscales cruciales en 2025, ya que los recortes de impuestos sobre la renta personal, establecidos en la ley fiscal de Trump en 2017, expirarán a menos que el Congreso tome medidas al respecto.

Por su parte, Biden ha expresado su intención de revertir los recortes de impuestos que benefician a hogares con ingresos superiores a los US$400.000 al año, además de aumentar los impuestos para los más ricos y las grandes corporaciones.

Además de los recortes de impuestos personales, también expirarán restricciones fiscales importantes, como el impuesto al patrimonio y ciertas deducciones para propietarios de negocios, que han sido objeto de críticas por favorecer desproporcionadamente a los individuos con ingresos más altos.

Las declaraciones de Trump ofrecen una visión más clara de su enfoque en la reducción de impuestos en todos los niveles, incluso para las personas y empresas con mayores ingresos. Aunque aún no ha presentado un plan fiscal formal, se sabe que sus asesores económicos han estado explorando diversas ideas, como la implementación de un impuesto fijo y otras propuestas para continuar reduciendo la carga impositiva.

El debate sobre la política fiscal en Estados Unidos continuará siendo un tema central en la próxima contienda electoral, con enfoques divergentes que reflejan visiones contrastantes sobre el papel del gobierno en la distribución de la riqueza y la promoción del crecimiento económico. Los votantes tendrán que considerar cuidadosamente estas propuestas al tomar su decisión en las urnas.