La muerte del líder opositor ruso Alexéi Navalni, ocurrida en una prisión la semana pasada, ha desatado una ola de teorías sobre las posibles causas. Una de las más controvertidas proviene del activista Vladímir Osechkin, quien asegura que Navalni podría haber sido asesinado mediante la técnica del KGB conocida como “un puño en el corazón”.

Según Osechkin, el cuerpo de Navalni presentaba hematomas en la cabeza y el pecho, indicativos de esta táctica utilizada en prisioneros durante la era soviética. El método implica debilitar a la víctima exponiéndola a temperaturas bajo cero para reducir su circulación sanguínea, y luego aplicar un golpe letal en el corazón.

Osechkin menciona que Navalni habría sido sacado al aire libre y sometido a condiciones de hasta -27°C antes de recibir el golpe mortal. Sin embargo, la viuda de Navalni, Yulia, sugiere que su esposo fue envenenado con el agente nervioso Novichok, mientras que las autoridades rusas no han revelado oficialmente la causa de la muerte.

La familia de Navalni acusa al presidente Vladímir Putin de estar detrás del deceso, acusaciones que el Kremlin ha rechazado. Mientras tanto, la madre del líder opositor ha presentado una demanda para que se acelere la entrega del cuerpo, que aún no ha sido devuelto a los familiares.

La muerte de Navalni ha generado repercusiones internacionales, con llamados a imponer sanciones contra personas cercanas a Putin y bloquear sus activos. Un excolaborador de Navalni instó a tomar estas medidas para presionar por respuestas sobre las circunstancias del fallecimiento.