La Policía Federal de Brasil ha iniciado una investigación contra el exfutbolista Rivaldo y la hermana de Neymar, Rafaella Santos, por su presunta participación en el financiamiento de los ataques golpistas que tuvieron lugar el 8 de enero en protesta por la victoria de Lula da Silva en las elecciones generales de 2022.

Según confesiones de radicales pro Bolsonaro detenidos en relación con los disturbios, Rivaldo y Rafaella estaban en la lista de donantes que respaldaron la organización de la movilización en el Salón Verde de la Cámara de Diputados, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio de Planalto. Estos testimonios implican directamente a Salomao Vieira, conocido artista brasileño y organizador de la marcha, quien actualmente está prófugo y se cree que se encuentra en Paraguay.

La revista Veja informa que Vieira está escondido en Paraguay, donde tres personas vinculadas a los ataques fueron detenidas. Uno de los detenidos, al regresar a Brasil, confesó haber convivido durante mucho tiempo con el cantante y reveló detalles sobre la participación de Rivaldo y Rafaella en el financiamiento de los disturbios.

En respuesta a estas acusaciones, los abogados de Rivaldo sostienen que el exfutbolista envió 2.000 reales para ayudar a “personas necesitadas de la iglesia”, contradiciendo la afirmación de uno de los detenidos de que Rivaldo contribuyó con 50.000 reales. Por su parte, la defensa de Rafaella niega que haya transferido dinero a la organización.

Ambos, Rivaldo y Rafaella, son conocidos por haber expresado públicamente su apoyo al líder ultraderechista Jair Bolsonaro. Rivaldo llegó a comparar la victoria de Lula Da Silva con la derrota de Brasil en la final del Mundial de 1998 ante Francia (3-0), mientras que Rafaella, al igual que su hermano Neymar, también ha manifestado su respaldo al líder político.

La situación se torna más compleja a medida que se desentrañan los detalles de la investigación, y la nación brasileña sigue atenta a los acontecimientos que rodean a estas figuras públicas involucradas en los disturbios del 8 de enero.