Pese a las investigaciones criminales en su contra, Donald Trump lidera las encuestas rumbo a 2024 y ya delineó planes que, de concretarse, significarían un giro drástico respecto a las políticas del gobierno de Joe Biden. Medios estadounidenses advierten que las propuestas polémicas del exmandatario para su retorno a la Casa Blanca tendrían graves repercusiones en la población latina.

La futura agenda de Trump incluiría deportaciones masivas, mayores restricciones a la inmigración desde países musulmanes, la construcción del muro fronterizo con México y el despliegue militar en la zona, así como políticas discriminatorias contra la comunidad LGBTQ y el debilitamiento de derechos ambientales.

Parte de este plan incluye ordenar al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos que inicie la mayor operación de deportación nacional en la historia de Estados Unidos, centrándose en las personas que viven en Estados Unidos con autorización legal pero que albergan “simpatías yihadistas” y revocaría las visas a estudiantes con “opiniones antiestadounidenses y antisemitas”, además de se implementar un “examen ideológico” para los inmigrantes.

Además espera “detener inmediatamente la invasión de nuestra frontera sur”, para lo cual, además de concluir el muro en la frontera entre Estados Unidos y México, Trump asegura que traerá las miles de tropas que actualmente se encuentran en el extranjero y trasladará a agentes federales, incluidos los de la DEA y el FBI, a las fuerzas de inmigración.

“Si Trump regresa a la Casa Blanca, las minorías y los inmigrantes sufrirán las consecuencias de medidas extremas”, afirmó la representante Nydia Velázquez, presidenta del Caucus Hispano del Congreso.

Por su parte, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez advirtió que “los planes de Trump representan una amenaza existencial a los valores que defendemos como sociedad diversa e incluyente”.

Organizaciones defensoras de derechos civiles ya expresaron su rechazo ante la eventual implementación de las propuestas trumpistas. “No permitiremos retrocesos en materia de justicia migratoria y equidad”, señaló Janet Murguía, presidenta de UnidosUS.

En cuanto a su agenda comercial, la mayor parte se centra en China, proponiéndose eliminar -en un plan gradual de cuatro años- las importaciones chinas de bienes esenciales, incluidos productos electrónicos, acero y productos farmacéuticos; además prohibirá que las empresas chinas sean propietarias de infraestructura estadounidense vital en sectores como la energía, la tecnología y la agricultura, obligando a propietarios chinos a vender cualquier posesión “que ponga en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos”.

No obstante, de manera general, establecerá un sistema de aranceles – de un 10%- sobre la mayoría de productos extranjeros y con una “Ley Trump de Comercio Recíproco” impondrá un arancel recíproco a cualquier país que imponga uno a Estados Unidos.

Si bien Trump deberá sortear las investigaciones criminales en su contra y lograr la victoria electoral en 2024 para aplicar esta agenda, expertos consideran que el solo hecho de que estos planes estén sobre la mesa enciende las alarmas entre amplios sectores, en especial entre las comunidades de color en Estados Unidos.