Una tragedia aérea sacudió Corea del Sur cuando un avión Boeing 737-800 de la aerolínea Jeju Air se estrelló en el aeropuerto de Muan, dejando 179 muertos y solo dos sobrevivientes. La aeronave, que viajaba con numerosas familias que aprovechaban el receso de fin de año, se deslizó sin desplegar el tren de aterrizaje, chocando contra un muro de hormigón y desencadenando una explosión fatal.

Este vuelo, reservado mayoritariamente a través de agencias de viajes, transportaba personas que celebraban momentos significativos, incluyendo aniversarios y reuniones familiares, lo que hace aún más desgarrador el siniestro.

Entre los pasajeros se encontraba una amplia representación de familias que viajaban juntas, muchas de ellas con niños pequeños y adolescentes. Algunas de las historias más conmovedoras incluyen:

– Nueve miembros de una familia extendida, quienes planeaban celebrar el cumpleaños de su patriarca en una reunión especial. Ninguno de ellos sobrevivió.
– Cinco niños menores de 10 años y nueve adolescentes, quienes habían abordado el vuelo para disfrutar de las vacaciones escolares.
– Grupos de jubilados, amigos y colegas que decidieron aprovechar la temporada de fin de año para compartir tiempo juntos.

El vuelo tenía un carácter festivo, lleno de pasajeros emocionados por las celebraciones familiares y de descanso, convirtiéndose en un escenario de dolor para sus seres queridos.

Los sobrevivientes

Entre los únicos dos sobrevivientes se encuentran Lee, un hombre de 33 años, y Koo, una mujer de 25 años, ambos auxiliares de vuelo que estaban ubicados en la cola de la aeronave. Su ubicación, menos afectada por la explosión, les salvó la vida.

Lee se encuentra en cuidados intensivos tras sufrir múltiples fracturas; mientras que Koo, con heridas moderadas, relató que el accidente comenzó con humo en un motor antes de la colisión.

El avión accidentado, con 15 años de antigüedad, era operado por un capitán con más de 6.000 horas de experiencia y un copiloto con 1.339 horas. Sin embargo, las condiciones en el aeropuerto de Muan, donde las pistas están parcialmente en obras, podrían haber influido en la tragedia.

Testimonios de algunos pasajeros antes del accidente mencionaron posibles colisiones con aves, un factor que también se investiga como causa potencial del fallo mecánico.

El siniestro ha dejado un profundo vacío en las familias de las víctimas, especialmente al tratarse de un vuelo que conectaba a generaciones completas. Las investigaciones buscarán esclarecer las causas exactas y garantizar que tragedias como esta no se repitan.