Claudine Gay, la presidenta de  la Universidad de Harvard, anunció este martes su decisión de renunciar a su cargo en medio de crecientes acusaciones de plagio y críticas relacionadas con el antisemitismo en el campus universitario.

El anuncio de su dimisión, apenas a seis meses del inicio de su mandato, lo hizo a través de una carta dirigida a la comunidad universitaria, destacando que con ello pretende salvaguardar “los mejores intereses” de Harvard, destacando la angustia que experimentó al ver cuestionados sus compromisos para combatir el odio y defender el rigor académico.

La presión para que Gay presentara su renuncia se intensificó en las últimas semanas, especialmente después de que siete de los 17 trabajos académicos que había publicado fueran objeto de acusaciones de plagio. La Oficina de Integridad en la Investigación de Harvard recibió la primera denuncia en diciembre, que incluía casi 40 acusaciones de plagio. En dichas acusaciones se señalaba la supresión de comillas, citas y la apropiación de párrafos completos de otros trabajos.

La última controversia involucra un artículo de 2001 en el que se acusa a Gay de copiar cerca de media página de material de otro académico, David Canon, de la Universidad de Wisconsin. Ante las críticas, Gay realizó correcciones al artículo la semana pasada, agregando “comillas y citas”, según un portavoz de la universidad.

Criticada por tibias declaraciones

El mes pasado, Gay se había visto envuelta en una polémica tras su cuestionada respuesta en una audiencia del Congreso de Estados Unidos sobre si pedir el genocidio de judíos violaría el código de conducta de la institución académica.

Gay declaró en la sesión del Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes que lideran los republicanos, que esto dependería del contexto. La presidenta de Harvard había sido citada junto a otros líderes universitarios ante el comité en medio de crecientes acusaciones de que las universidades no están protegiendo a estudiantes judíos frente al aumento de casos de antisemitismo.

La respuesta de Gay desató fuertes críticas de legisladores de ambos partidos, así como de la propia Casa Blanca. La entonces presidenta de Harvard posteriormente se disculpó y admitió que no denunció adecuadamente las amenazas contra la comunidad judía en el campus. Incluso un rabino renunció a un comité sobre antisemitismo recién creado por la presidenta de Harvard.

Ante esta polémica, el Congreso habían anunciado una investigación sobre las políticas disciplinarias de Harvard, MIT y la Universidad de Pensilvania en medio de crecientes temores por incidentes antisemitas en universidades de Estados Unidos.

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