El lazo morado, símbolo feminista de apoyo y visibilización de la lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres, es uno de los distintivos más utilizados durante las celebraciones del 8M, Día Internacional de la Mujer.

Pero, ¿de dónde proviene este emblemático lazo? Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando las sufragistas inglesas, en su lucha por el derecho al voto, eligieron el color morado junto al blanco y al verde como símbolo de sus acciones.

Inspiradas por la nobleza inglesa, las mujeres inglesas reclamaron con fuerza el reconocimiento al sufragio femenino con acciones de protesta que se intensificaron con el tiempo. Finalmente, en 1917, se reconoció el derecho al voto para las mujeres mayores de 30 años.

Años después, en la década de los 60, con la llegada de la segunda ola feminista, las mujeres socialistas volvieron a adoptar el lazo morado como símbolo de lucha por la igualdad real entre mujeres y hombres. En Estados Unidos, las sufragistas también lo adoptaron y lo portaron durante la manifestación de 1978 a favor de la Enmienda por la Igualdad de Derechos.

Desde entonces, el lazo morado se ha convertido en un símbolo de apoyo y solidaridad hacia las mujeres que luchan por sus derechos. Además del 8M, se utiliza también el 25 de noviembre, Día Mundial contra la Violencia de Género.

Aunque existe una teoría más de leyenda que sugiere que el origen del lazo morado está relacionado con un incendio en una fábrica textil de Nueva York en 1908, donde 129 mujeres fallecieron y el color del humo que salía era morado debido a las telas que estaban trabajando, por lo que se habría adoptado ese color en el lazo en homenaje a las víctimas.

En cualquier caso, el lazo morado se ha convertido en un símbolo reconocido internacionalmente que representa la lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres, y que sigue siendo una herramienta para dar visibilidad y apoyo a las mujeres en diferentes sectores de la sociedad.