El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro fue sometido este sábado a un procedimiento médico para tratar las recurrentes crisis de hipo que padece desde hace meses. La intervención, realizada en el hospital DF Star de Brasilia, “salió bien”, según confirmó uno de los médicos que atiende al exmandatario, quien permanece internado tras una reciente cirugía por una hernia inguinal.

Bolsonaro, de 70 años, salió por primera vez el pasado miércoles del centro de reclusión donde se encuentra desde finales de noviembre para ser trasladado al hospital y someterse a la operación de hernia, la cual se desarrolló sin complicaciones el jueves. Sin embargo, el equipo médico había advertido que podría ser necesario un procedimiento adicional para controlar el hipo persistente que afecta al exjefe de Estado y que, según sus médicos, le genera molestias severas, especialmente durante la noche.

La intervención practicada este sábado consistió en un bloqueo anestésico del nervio frénico, estructura que controla el movimiento del diafragma. De acuerdo con el doctor Mateus Saldanha, los especialistas utilizaron un equipo de ultrasonido para localizar el nervio y posteriormente inyectaron un analgésico en el costado derecho. El procedimiento tuvo una duración aproximada de una hora y no implicó incisiones quirúrgicas.

“El procedimiento no es una cirugía como tal. Se trata de un bloqueo anestésico, mínimamente invasivo”, explicó el doctor Claudio Birolini, quien también forma parte del equipo médico que acompaña la hospitalización del expresidente. Los médicos informaron que el próximo lunes se realizará el mismo procedimiento en el lado izquierdo del nervio frénico, con el fin de evaluar una respuesta más completa al tratamiento.

Inicialmente, el bloqueo estaba previsto para comienzos de la próxima semana, pero se decidió adelantarlo debido a que Bolsonaro sufrió una crisis de hipo “muy prolongada y más intensa” durante la noche del viernes al sábado, lo que le impidió descansar adecuadamente. Así lo explicó el doctor Brasil Caiado, quien señaló que el objetivo es observar cómo responde el paciente tras esta primera intervención.

Pese a este episodio, los médicos mantienen la previsión de dar de alta a Bolsonaro a inicios de la próxima semana, siempre que su evolución sea favorable. Una vez concluya la hospitalización, el exmandatario deberá regresar al lugar donde cumple su condena: una instalación de la Policía Federal en Brasilia, en una habitación equipada con lo básico.

Bolsonaro enfrenta desde hace años diversas complicaciones de salud derivadas de la puñalada abdominal que sufrió durante un acto de campaña en 2018, episodio que lo obligó a someterse a múltiples cirugías. Su esposa, Michelle Bolsonaro, afirmó recientemente en redes sociales que el exmandatario lleva cerca de nueve meses lidiando con crisis de hipo diarias, una condición que ha afectado su calidad de vida.

En el plano judicial, el expresidente cumple una condena de 27 años de prisión tras haber sido hallado culpable en septiembre por el Supremo Tribunal Federal de conspirar para mantenerse en el poder luego de perder las elecciones presidenciales de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva. La justicia determinó que la trama no prosperó por falta de respaldo de altos mandos militares. Bolsonaro, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, se declara inocente y sostiene que es víctima de persecución política.

Su ingreso a prisión se produjo el 22 de noviembre, luego de que incumpliera condiciones del arresto domiciliario preventivo que había cumplido entre agosto y noviembre. Desde entonces, su estado de salud ha sido seguido de cerca por las autoridades y el equipo médico que lo atiende.