El presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo un llamado este lunes 20 de mayo a los trabajadores colombianos radicados en Estados Unidos para que se manifiesten en contra de una propuesta legislativa que busca imponer un impuesto del 3,5 % a las remesas enviadas desde ese país. La iniciativa, aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos como parte de un amplio proyecto de ley presupuestaria impulsado por el presidente Donald Trump, deberá ser discutida próximamente por el Senado.

El gravamen propuesto, que inicialmente contemplaba una tasa del 5 %, ha generado una ola de reacciones en América Latina, dado que millones de familias dependen de los envíos de dinero que realizan los migrantes desde el extranjero. Entre los países más afectados estaría Colombia, que el año pasado recibió más de 11.800 millones de dólares en remesas, según datos del Banco de la República. De este monto, una gran parte provino de territorio estadounidense.

En un mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter), el presidente Petro afirmó: “Creo que los trabajadores colombianos en Estados Unidos también se deben manifestar. Es una reducción de su salario real”. El mandatario compartió además un artículo periodístico que recoge las declaraciones de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien también ha expresado su rechazo a la medida, calificándola de *”discriminatoria”* y señalando que *”viola”* un tratado fiscal firmado entre México y Estados Unidos desde 1994.

La posición del mandatario colombiano se da en medio de un contexto de tensión diplomática entre Bogotá y Washington, debido a diversos desacuerdos recientes sobre temas económicos, ambientales y de política internacional.

Además del llamado a la comunidad colombiana en el exterior, Petro propuso que el Congreso de Colombia estudie la posibilidad de aplicar una medida recíproca si el proyecto estadounidense avanza. Según el presidente, esto estaría sustentado en el *“principio diplomático de la reciprocidad”*, aunque no detalló en qué consistiría esa respuesta por parte del Legislativo colombiano.

Impacto económico de las remesas

Las remesas han jugado un papel clave en la economía colombiana, representando un ingreso vital para miles de hogares, especialmente en regiones como el Valle del Cauca, Cundinamarca, Antioquia y Norte de Santander. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, Colombia se encuentra entre los principales países receptores de remesas en América Latina, junto a México, Guatemala y República Dominicana.

El posible impuesto del 3,5 % tendría un impacto directo sobre el valor neto que las familias reciben. Por ejemplo, por cada 1.000 dólares enviados, se descontarían 35 dólares, afectando no solo a los remitentes, sino también a los beneficiarios que dependen de este dinero para gastos esenciales como alimentación, salud y educación.

La propuesta ha generado reacciones en cadena en distintos gobiernos de la región. En el caso de México, la presidenta Sheinbaum ha sostenido que el gravamen podría contravenir acuerdos bilaterales en materia fiscal y financiera. A su vez, organizaciones de migrantes han empezado a organizarse para expresar su inconformidad, argumentando que la medida penaliza el trabajo de quienes ya contribuyen de manera significativa tanto a la economía estadounidense como a la de sus países de origen.

En Colombia, sectores económicos y académicos también han comenzado a evaluar los posibles efectos de la medida. Analistas consultados por medios locales han advertido sobre una posible caída en el volumen de remesas, un aumento en el uso de canales informales de envío y un deterioro en las condiciones de vida de los receptores.

Panorama legislativo en EE.UU.

La propuesta se encuentra ahora en manos del Senado estadounidense, donde deberá ser debatida y votada. Aunque aún no hay una fecha definida para su discusión, el tema ha captado la atención de diversos actores políticos tanto en Estados Unidos como en América Latina.

Mientras tanto, el llamado del presidente Petro busca visibilizar el impacto potencial que esta medida tendría en la diáspora colombiana y fomentar una respuesta coordinada de la comunidad migrante. La evolución del proyecto legislativo en Washington será clave para determinar el futuro de las remesas como fuente de ingresos fundamentales para millones de latinoamericanos.