El papa León XIV elevó este domingo un firme llamado a la comunidad internacional tras conocerse una ola de secuestros que afecta a estudiantes, docentes, sacerdotes y feligreses en Nigeria y Camerún. Durante el tradicional rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Sumo Pontífice expresó su “profundo dolor” por los hechos y urgió a que los rehenes sean liberados sin condiciones.

El pontífice afirmó haber recibido con “inmensa tristeza” la noticia de los raptos y manifestó su cercanía con las víctimas, en particular con los menores que permanecen en poder de grupos armados. “Siento un profundo dolor, especialmente por los numerosos jóvenes secuestrados y por sus angustiadas familias”, expresó ante miles de fieles reunidos en el Vaticano.

León XIV hizo un llamado directo a las autoridades de los países afectados para que adopten “las decisiones adecuadas y oportunas” que permitan garantizar la liberación de los rehenes. Asimismo, invitó a la comunidad católica a rezar por ellos y a defender la integridad de los espacios religiosos y educativos. “Que siempre y en todas partes las iglesias y las escuelas sigan siendo lugares de seguridad y esperanza”, pidió.

Las cifras divulgadas por autoridades locales reflejan la gravedad de la situación. Al menos 303 estudiantes y 12 docentes fueron secuestrados el viernes en la Escuela Secundaria Católica St. Mary’s, en Papiri, una zona remota del norte de Nigeria. Se presume que los responsables son integrantes de grupos criminales que operan en esa región y que han intensificado los ataques contra instituciones educativas.

Los secuestros no se han limitado a este hecho. El lunes, otras 25 niñas fueron raptadas de un internado en el estado de Kebbi, mientras que el martes 38 feligreses de la Iglesia Apostólica de Cristo, en Eruku, estado de Kwara, fueron capturados durante una incursión armada. Entre los rehenes se encuentra el pastor de la congregación. En Camerún, también se registraron raptos de religiosos y docentes, aunque aún no se han oficializado cifras completas.

La multiplicación de estos ataques ha encendido alarmas en la región y reavivado el debate sobre la vulnerabilidad de escuelas e iglesias en zonas rurales. Las autoridades enfrentan críticas por la falta de una estrategia efectiva para contener a los grupos armados que operan con amplia libertad en extensos territorios.

Antes del Ángelus, el papa presidió una misa que reunió a más de 40.000 fieles durante el Jubileo de los Coros y las Corales, celebrado este fin de semana. Sin embargo, el tono festivo del encuentro contrastó con el fuerte mensaje del pontífice, que volvió a colocar la atención internacional sobre la crisis de seguridad en África occidental.

El Vaticano reiteró que continuará monitoreando la situación e impulsando esfuerzos diplomáticos para apoyar a las víctimas y fomentar acciones concretas que permitan reducir la violencia contra comunidades educativas y religiosas.