En un impactante discurso anual sobre política exterior dirigido a embajadores acreditados ante la Santa Sede, el papa Francisco hizo un llamado este lunes a una prohibición universal de la gestación subrogada, calificándola de práctica “deplorable” que amenaza la dignidad humana.

El Sumo Pontífice abordó diversas problemáticas globales, desde conflictos bélicos hasta crisis climática y migratoria, resaltando la creciente violación del derecho humanitario internacional, pero fundamentalmente cuestionó el uso de “úteros de alquiler”, argumentando que “un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato”.

“Considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada, que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre”, aseguró el papa, expresando su descontento con la comercialización del embarazo, afirmando que “la vida del no nacido debe protegerse y no ser suprimida ni convertida en un producto comercial”.

Francisco instó a la comunidad internacional a tomar medidas firmes contra esta práctica,  abogando por una prohibición global de esta práctica, alineándose con la postura de la Iglesia Católica. Sin embargo, la doctrina oficial del Vaticano ha permitido que padres homosexuales que recurren a la gestación subrogada puedan bautizar a sus hijos.

 

“Colonizaciones ideológicas”

En su discurso, el papa Francisco expresó su pesar por los intentos de introducir nuevos derechos en las últimas décadas, que considera incompatibles con los definidos originalmente y, en algunos casos, inaceptables. Estos esfuerzos, según el Pontífice, han dado lugar a lo que él denomina “colonizaciones ideológicas”.

En particular, destacó la teoría de género como una de las principales colonizaciones ideológicas, calificándola de “extremadamente peligrosa” debido a su intento de igualar a todos al borrar las diferencias. Para Francisco, estas colonizaciones ideológicas no solo generan divisiones entre los estados, sino que también provocan heridas en la sociedad en lugar de fomentar la construcción de la paz.

Por otra parte, subrayó la necesidad de una reflexión cuidadosa sobre el desarrollo de la inteligencia artificial, con la advertencia de que debe permanecer al servicio de la humanidad, evitando posibles consecuencias negativas, al tiempo que hizo un llamado a dar una respuesta eficaz al cambio climático.

 

Fin a la carrera armamentística

Además, instó a poner fin a la carrera armamentística, instando a la comunidad internacional a trabajar en conjunto para alcanzar un desarme global y abordar las amenazas comunes que enfrenta la humanidad. En un llamado a la seguridad global, el Papa instó a reanudar las negociaciones nucleares con Irán para garantizar un futuro más seguro para todos, y condenó la “manufactura” de armas nucleares como inmoral, agregándola a sus críticas a la industria armamentística.

Francisco abordó la guerra de Rusia en Ucrania, siendo una ruptura inusual al señalar directamente a la Federación Rusa por la invasión. También lamentó la guerra en Gaza, condenando el ataque de Hamas y la fuerte respuesta militar israelí que ha causado una crisis humanitaria en la región.

Además de estas problemáticas, el Papa llamó a un “diálogo diplomático respetuoso” con el gobierno nicaragüense para abordar la crisis persistente, destacando la detención de sacerdotes y obispos por parte del gobierno. Asimismo, expresó preocupación por las crisis humanitarias y de refugiados en África, condenando golpes militares y elecciones marcadas por la corrupción y la violencia.

En sus palabras finales, Francisco recordó la importancia de reconocer a las víctimas civiles como individuos con nombres y apellidos, no simplemente como “daños colaterales”, subrayando la necesidad de preservar la vida y el futuro de quienes se ven afectados por los conflictos