El Gobierno panameño ha tomado medidas decisivas para gestionar el flujo migratorio a través de la peligrosa selva del Darién, frontera natural entre Colombia y Panamá. En un anuncio reciente, las autoridades confirmaron el cierre de varios pasos utilizados por migrantes irregulares, en un esfuerzo por canalizar el tránsito hacia una ruta más segura y controlada.

Frank Ábrego, ministro de Seguridad Pública de Panamá, declaró en un comunicado oficial: “El cierre de pasos en Darién busca proteger la seguridad de migrantes”. Esta acción supone un incremento significativo respecto a lo anunciado la semana anterior por el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), que había informado sobre el cierre de tres pasos.

“Se cerraron entre cuatro y cinco pasos por donde ingresaban migrantes irregulares a Panamá, conducidos por ‘coyotes’, desde Colombia”, detalló Ábrego, subrayando la magnitud de la operación. El objetivo principal de esta estrategia es encauzar el flujo migratorio por “un paso humanitario”, facilitando así la protección de quienes se aventuran a cruzar esta inhóspita región.

La medida no solo busca salvaguardar la integridad de los migrantes, sino también optimizar los recursos de seguridad. Al concentrar el tránsito en áreas específicas, se espera que las patrullas del Senafront puedan “mantener la seguridad y combatir efectivamente a las personas que tratan de cometer delitos contra los migrantes”, según explicó el ministro.

Al centralizar los puntos de entrada, las autoridades panameñas aspiran a mejorar la supervisión y asistencia a los migrantes, al tiempo que buscan desalentar el uso de rutas clandestinas más riesgosas.