Ola de calor extremo afecta educación y salud de millones de niños en el sur de Asia
Por: Maria José Salcedo
2 mayo, 2024
El sur y el sudeste de Asia enfrentan una crisis climática sin precedentes, con temperaturas que superan los 40 grados Celsius y una sensación térmica aún mayor debido a la alta humedad. Este fenómeno está teniendo un impacto devastador en la vida diaria de millones de niños, quienes se ven obligados a enfrentar condiciones extremas mientras intentan continuar su educación y mantener su salud en medio de la ola de calor.
En países como Bangladés, Filipinas e India, las altas temperaturas están obligando a cerrar escuelas o reducir el horario de clases presenciales. Esto ha llevado a una interrupción significativa en el proceso educativo de aproximadamente 33 millones de alumnos en Bangladés y 3,6 millones en Filipinas, según datos de las autoridades educativas de estos países. En algunas regiones de la India, las vacaciones escolares se han adelantado, mientras que en otras, las clases se han reprogramado para las primeras horas de la mañana para evitar el calor extremo.
El aprendizaje remoto se ha convertido en una alternativa en algunos países, como en Filipinas, donde se implementa cuando las condiciones climáticas alcanzan niveles peligrosos. Sin embargo, esta modalidad presenta desafíos adicionales, especialmente para aquellos niños que no tienen acceso a internet o dispositivos electrónicos en sus hogares. La falta de recursos tecnológicos y la falta de supervisión parental dificultan aún más el proceso de aprendizaje a distancia.
Consecuencias
El calor extremo tiene graves consecuencias para la salud de los niños, desde deshidratación y aumento de la temperatura corporal hasta problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares. Además, la exposición prolongada al calor puede provocar estrés, ansiedad, falta de sueño y depresión en los niños y adolescentes. La desnutrición también se agrava debido a la inseguridad alimentaria causada por las sequías y la pérdida de cosechas.
El calor extremo también está afectando la calidad de vida de los niños al limitar su capacidad para jugar y socializar. Las actividades al aire libre se ven restringidas debido al riesgo para la salud, lo que puede llevar a un mayor aislamiento social y a la falta de ejercicio físico, componentes clave para el desarrollo integral de los niños.
Ante esta crisis, organizaciones internacionales como Unicef están trabajando para proporcionar apoyo y recursos a las comunidades afectadas, incluyendo la distribución de materiales educativos, la promoción de prácticas saludables y la sensibilización sobre los riesgos del calor extremo.