El Vaticano abrió una investigación contra el religioso peruano Ciro Quispe López, quien recientemente renunció como obispo de Juli, en Puno, tras ser acusado de mantener relaciones sentimentales con 17 mujeres, entre ellas una monja y una abogada. La renuncia del prelado fue aceptada por el papa León XIV el pasado 24 de septiembre, según informó oficialmente la Santa Sede.

De acuerdo con el medio The Times, el caso salió a la luz luego de que una de las mujeres descubriera la existencia de otras relaciones y filtrara mensajes, fotografías y videos íntimos del obispo, provocando una serie de enfrentamientos entre las involucradas. La periodista Paola Ugaz, quien accedió a la investigación, señaló que el escándalo ha puesto en evidencia presuntos abusos de poder y manipulación emocional por parte del religioso.

Además, una empleada doméstica denunció haber encontrado indicios de encuentros sexuales en la vivienda de Quispe López. Paralelamente, el Vaticano también investiga al exobispo por presunta malversación de fondos y el uso de bienes eclesiásticos en un restaurante de su propiedad.

Ciro Quispe, de 51 años, niega los señalamientos y asegura ser víctima de una campaña de difamación. En un comunicado publicado el 2 de octubre en la página oficial de la Prelatura de Juli, confirmó su renuncia voluntaria, argumentando que lo hace “por el bien de la Prelatura”. En el mismo texto expresó su gratitud hacia los fieles y su tristeza por abandonar una comunidad que, según dijo, tiene “un encanto singular”.

El exobispo afirmó no tener procesos abiertos en instancias civiles ni eclesiásticas, y aseguró que en el pasado se vio obligado a denunciar a personas y periodistas que —según él— lo calumniaron y promovieron división dentro de la comunidad religiosa. Mientras tanto, el Vaticano mantiene abierta la investigación canónica, que podría derivar en sanciones disciplinarias o laicización si se comprueban los hechos.