La española María Branyas Morera, reconocida como la persona más anciana del mundo por el Grupo de Investigación Gerontológica, falleció a los 117 años mientras dormía, según informó su familia.

Branyas, nacida en Estados Unidos en 1907, había sido incluida en la lista de personas más ancianas conocidas del mundo tras la muerte de la monja francesa Lucile Randon el año pasado. Su familia compartió la noticia de su fallecimiento en la cuenta X de Branyas, donde escribieron: “María Branyas nos ha dejado. Se ha ido como ella quería: durmiendo, en paz y sin dolor”.

La’superabuela catalana’, como se hacía llamar, había vivido una vida llena de experiencias. Tras pasar sus primeros años en Nueva Orleans, su familia regresó a España cuando ella era pequeña. Branyas recordaba haber cruzado el Océano Atlántico durante la Primera Guerra Mundial.

A pesar de su avanzada edad, Branyas había demostrado una gran resistencia. A los 113 años, dio positivo en la prueba de COVID-19 durante la pandemia mundial, pero logró evitar desarrollar los graves síntomas que afectaron a decenas de miles de ancianos españoles.

En los últimos días de su vida, Branyas había expresado su aceptación de la muerte, diciendo a su familia: “No sé cuándo, pero muy pronto este largo viaje llegará a su fin. La muerte me encontrará agotada de haber vivido tanto, pero quiero afrontarla con una sonrisa, sintiéndome libre y satisfecha”.

Con su fallecimiento, la japonesa Tomiko Itooka, de 116 años, se convierte en la persona más anciana del mundo, según la lista del Grupo de Investigación Gerontológica. La persona más longeva del mundo registrada fue Jeanne Louise Calment, una mujer francesa que falleció en 1997 a los 122 años y 164 días.

Con información de euronews