En una llamada telefónica marcada por interpretaciones divergentes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el virtual presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, abordaron temas de migración y seguridad, generando expectativa sobre las potenciales consecuencias económicas y diplomáticas.

Trump afirmó haber persuadido a Sheinbaum para frenar el flujo migratorio, declarando que México “detendrá a quien vaya a nuestra frontera sur”. Sin embargo, Sheinbaum matizó su postura, enfatizando que la estrategia mexicana no busca “cerrar fronteras” sino “tender puentes”.

Los datos gubernamentales respaldan parcialmente el discurso de contención: septiembre registró el nivel más bajo de migración en cuatro años, resultado de acciones mexicanas para dispersar caravanas.

Trump propuso aranceles del 25% a productos de México y Canadá, justificándolos como medida contra la “invasión” migratoria y el tráfico de drogas. Esta amenaza podría:

– Violar el T-MEC
– Afectar aproximadamente 400,000 empleos
– Incrementar precios de productos hasta $3,000 por unidad

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) advirtió sobre consecuencias “devastadoras”, señalando que las amenazas generan incertidumbre en sectores estratégicos.

Moody’s redujo la perspectiva de crecimiento de México de 1% a 0.6% para 2025, anticipando una ampliación de la brecha comercial negativa.

Especialistas anticipan que México soportaría el mayor impacto, considerando su dependencia económica de Estados Unidos. Los efectos potenciales incluyen:

– Depreciación del peso
– Incremento inflacionario
– Reducción de inversiones extranjeras
– Disrupciones en cadenas de suministro

El comercio bilateral, que actualmente supera los $800,000 millones anuales, podría verse significativamente alterado.

La conversación entre Sheinbaum y Trump evidencia la complejidad de las relaciones México-Estados Unidos, donde migración, seguridad y economía se entrelazan en un delicado equilibrio diplomático y comercial.

Con información de apnews