Ecuador enfrenta una nueva tragedia carcelaria tras confirmarse la muerte de 31 personas en menos de 24 horas dentro del centro penitenciario de Machala, en la provincia de El Oro. Las autoridades informaron que los hechos ocurrieron entre la tarde del sábado y la madrugada del domingo, en medio de un contexto de creciente tensión dentro del sistema penitenciario nacional.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) detalló que durante la noche del sábado fueron hallados 27 cuerpos sin vida, todos ellos pertenecientes a reclusos. Según el informe oficial, varias de las víctimas habrían muerto por asfixia, aunque las causas exactas siguen siendo materia de investigación.

Los disturbios se habrían desatado hacia las 18:45, hora local, al interior de los pabellones del penal. “Se han desplegado equipos especializados de Criminalística y la Fiscalía para realizar el levantamiento de los cuerpos y esclarecer los hechos”, señaló el SNAI en un comunicado difundido en su cuenta de X (antes Twitter).

Horas más tarde, en la madrugada del domingo, un nuevo motín dejó cuatro muertos adicionales y al menos 43 heridos, entre ellos un agente del cuerpo de seguridad penitenciaria. La violencia se desató cuando un grupo de internos se rebeló en protesta por la “reorganización de los privados de libertad en la nueva cárcel de máxima seguridad”, según reportó el diario ecuatoriano Primicias.

Ante la gravedad de la situación, un equipo táctico de la Policía Nacional ingresó al penal y logró recuperar el control total de las instalaciones tras varias horas de enfrentamientos. “La intervención permitió restablecer el orden y garantizar la seguridad del resto de reclusos y del personal penitenciario”, informaron las autoridades.

La crisis en las cárceles ecuatorianas ha sido una constante en los últimos años, marcada por violentos enfrentamientos entre bandas criminales que disputan el control interno de los centros de reclusión. De acuerdo con cifras oficiales, más de 450 personas han muerto en motines y ataques dentro de prisiones del país desde 2021.

El Gobierno del presidente Daniel Noboa ha impulsado una serie de medidas para recuperar el control de los penales, entre ellas la creación de una cárcel de máxima seguridad en la provincia de Santa Elena, inspirada en modelos de alta vigilancia como los de Estados Unidos y México. Sin embargo, las recientes masacres evidencian que la violencia carcelaria sigue fuera de control.

Por el momento, el SNAI ha anunciado la apertura de una investigación conjunta con la Fiscalía y el Ministerio del Interior para determinar las causas y responsables de los hechos. Mientras tanto, familiares de los reclusos permanecen a las afueras de la cárcel de Machala a la espera de información oficial sobre las víctimas y heridos, en medio de escenas de angustia y desesperación.

La tragedia de Machala se suma a una larga lista de episodios que han puesto en evidencia la profunda crisis del sistema penitenciario ecuatoriano, donde el hacinamiento, la falta de control estatal y la presencia de grupos armados siguen cobrando vidas de manera alarmante.