En su primera homilía como papa, León XIV, el primer pontífice estadounidense y latinoamericano, centró su mensaje en un llamado a la misión evangelizadora en un contexto mundial donde la fe cristiana es vista como un absurdo y donde se intenta reducir a Jesús a un líder carismático o superhombre. “Hoy son muchos los contextos en los que la fe cristiana se retiene un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes”, expresó el pontífice de 69 años durante la misa solemne celebrada en la Capilla Sixtina.

Un mundo que ridiculiza la fe

Durante su sermón, León XIV alertó sobre los contextos en los que la fe es ridiculizada, obstaculizada o incluso despreciada. Señaló que, aunque estos ambientes presentan desafíos, también son espacios donde la misión es más urgente. “Son lugares en los que la misión es más urgente, porque la falta de fe lleva a menudo consigo dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de la persona en sus formas más dramáticas”, advirtió.

En otro pasaje de su homilía, León XIV criticó la tendencia contemporánea de reducir la figura de Jesús a un simple líder carismático o a un superhombre, una postura que calificó como “ateísmo de hecho“. “No faltan tampoco los contextos en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido solamente a una especie de líder carismático o a un superhombre”, afirmó, advirtiendo que esta visión no solo está presente entre los no creyentes, sino incluso entre muchos bautizados.

Un camino de conversión

El Papa insistió en la necesidad de asumir la fe no solo como una profesión de palabras, sino como un compromiso diario de conversión y testimonio. “Es fundamental hacerlo antes de nada en nuestra relación personal con Él, en el compromiso con un camino de conversión cotidiano”, indicó. También reiteró la importancia de vivir la fe en comunidad, siguiendo el ideal de “Iglesia como pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz”.

Con un mensaje que remarcó la continuidad con el legado de Francisco y el Concilio Vaticano II, León XIV subrayó que la misión evangelizadora debe estar en el centro del quehacer de la Iglesia. “Este es el mundo que nos ha sido confiado, y en el que estamos llamados a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús Salvador”, concluyó el Papa, dejando claro que su pontificado estará marcado por un enfoque pastoral y evangelizador.

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