En un emotivo discurso, el líder norcoreano Kim Jong Un hizo un llamado a las mujeres de su nación para enfrentar el desafío demográfico que enfrenta Corea del Norte.

Con lágrimas en los ojos, instó a incrementar la tasa de natalidad, actualmente estimada en 1.8 hijos por mujer, según el Fondo de Población de Naciones Unidas.

Durante el Quinto Congreso Nacional de Madres en Pyongyang, Kim destacó el rol esencial de las madres en “soportar la pesada carga de dar continuidad a los verdaderos valores y naturaleza” del país.

Este llamado no es un gesto aislado, ya que en ocasiones anteriores, Kim ha mostrado su vulnerabilidad al llorar públicamente, pidiendo perdón por las dificultades económicas que atraviesa la nación.

El mandatario enfatizó la importancia de las madres como “la poderosa fuerza que ha cimentado de forma sostenida la lucha de todo un pueblo para lograr el respeto y la prosperidad”.

Además, reconoció la necesidad de tomar medidas para prevenir el descenso de la natalidad y brindar apoyo a las madres, especialmente en el contexto de una crisis alimentaria exacerbada por la pandemia.

Kim Jong Un también abordó la importancia de “proporcionar un buen cuidado y educación a los niños”, reconociendo que estos desafíos deben abordarse en colaboración con las madres del país.