El Papa Francisco pasó una noche tranquila y estable tras sufrir ayer un broncoespasmo que causó un empeoramiento “repentino” de su cuadro respiratorio, según informaron este sábado 1 de marzo fuentes vaticanas. Las autoridades médicas señalaron que esta crisis no ha afectado a otros órganos.

Tras despertar, el Sumo Pontífice de 88 años desayunó, tomó café y dedicó tiempo a la lectura de periódicos, actividades que muestran cierta normalidad dentro de su compleja situación médica. Sin embargo, los especialistas mantienen un pronóstico reservado mientras continúa hospitalizado en el Gemelli, donde cumple su décimosexto día de ingreso.

El Papa fue hospitalizado el pasado 14 de febrero por una bronquitis con infección polimicrobiana, complicándose posteriormente con una neumonía bilateral. La crisis respiratoria de ayer viernes difiere de la experimentada el 22 de febrero, y los médicos necesitarán entre 24 y 48 horas para evaluar completamente sus efectos en la salud general del líder de la Iglesia Católica.

Según el último boletín médico vaticano, “El Santo Padre en la tarde de ayer, tras una mañana haciendo fisioterapia respiratoria y en oración en la capilla, ha presentado una crisis aislada de broncoespasmo que ha determinado un episodio de vómito con inhalación y un repentino empeoramiento del cuadro respiratorio”.

Este broncoespasmo, que consiste en un estrechamiento del conducto bronquial, provocó vómitos que el Pontífice inhaló accidentalmente, complicando momentáneamente su estado. Los médicos debieron intervenir rápidamente para extraer el fluido y ahora evaluarán si estos jugos gástricos han podido afectar a los pulmones.

“El Santo Padre ha sido prontamente broncoaspirado y ha empezado con la ventilación mecánica no invasiva, con una buena respuesta de los intercambios gaseosos”, detalla el comunicado oficial. Las fuentes vaticanas confirmaron que el Pontífice no fue intubado en ningún momento durante este episodio.

Evolución de su estado

A pesar del susto, el Papa Francisco se mantuvo “siempre lúcido y orientado” y “colaborando con las maniobras terapéuticas”, demostrando su fortaleza ante esta nueva complicación de salud.

Antes de este incidente, su estado había experimentado una mejoría gradual, tanto que el Vaticano declaró el jueves que había superado la “fase crítica” de su enfermedad. Sin embargo, este nuevo episodio obliga a mantener cautela sobre su evolución.

La oficina de prensa de la Santa Sede informó esta mañana que el Papa “pasó una noche tranquila” y que “está descansando”, señales positivas tras la preocupación generada ayer.

Con información de wradio, efe