En un hecho histórico, Claudia Sheinbaum, la candidata del oficialismo, ha ganado las elecciones presidenciales en México. El conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE) indicó que Sheinbaum recibió entre un 58,3 % y un 60,7 % de los sufragios. Con esta victoria, Sheinbaum se convierte en la primera mujer en gobernar la segunda mayor economía de Latinoamérica a partir de octubre.

Sheinbaum, una científica de 61 años, ha prometido continuar el legado del actual mandatario, el nacionalista de izquierda Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, ha señalado que realizará ajustes para abordar la violencia relacionada con el crimen organizado, reducir la deuda pública, estimular la economía, impulsar las energías renovables y combatir la corrupción.

Durante toda la campaña, las encuestas mostraron una ventaja significativa para Sheinbaum, quien tenía hasta 20 puntos porcentuales de ventaja sobre su más cercana competidora, Xóchitl Gálvez. Gálvez, de 61 años, representaba una coalición opositora integrada por el PRI, el PAN y el PRD.

El presidente del partido oficialista Morena declaró que Sheinbaum había ganado por una “amplia ventaja”. Medios como El Financiero y el canal de TV N+ también le otorgaron el triunfo en sus encuestas a boca de urna.

La jornada electoral, en la que se disputaron más de 20,000 cargos públicos, se desarrolló en medio de un clima de violencia que ha dejado decenas de candidatos asesinados. Esta situación ha generado preocupaciones sobre el estado de la democracia en México.

En Ciudad de México, Clara Brugada, también de Morena, habría ganado la elección para gobernar la capital, según encuestas a boca de urna. Santiago Taboada, el candidato opositor, estaría nueve puntos porcentuales por debajo de ella, según un sondeo de Parametría.

Ciudad de México ha sido un bastión de la izquierda desde 1997, y Morena ha utilizado la capital como plataforma para sus candidatos presidenciales.

La victoria de Sheinbaum marca un nuevo capítulo en la historia política de México. Con su triunfo, no solo se asegura la continuidad de las políticas de López Obrador, sino que también se abre la puerta a nuevas reformas y ajustes que podrían transformar el panorama socioeconómico del país.

Los desafíos son significativos, especialmente en áreas como la seguridad, la economía y la corrupción. Sin embargo, la promesa de Sheinbaum de abordar estos problemas con un enfoque renovado ha generado expectativas positivas entre sus seguidores.