Julia Faustyna Wendell, la joven polaca que aseguró ser la niña británica Madeleine McCann desaparecida en 2007 en Portugal, finalmente reconoció que no es ella, aunque insiste en que fue secuestrada.

Desde el primer momento en que afirmó ser la niña desaparecida, la chica de 21 años generó innumerables dudas. A pesar de presentar pruebas de coincidencias con Madeleine, como la marca en el ojo y ciertos lunares, entre otros, había detalles que no cuadraban.

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La familia adoptiva de Julia nunca la apoyó y aseguró que tenía problemas mentales que debía tratar con terapia. Incluso su novio se negó a creer en sus afirmaciones. Solo su médium y representante, Fia Johansson, la respaldó.

Después de una investigación, se descartó por completo que Julia fuera Madeleine McCann, y ahora cuenta con más de un millón de seguidores en sus redes sociales.

En un video publicado en Instagram por su representante, Julia reconoció que no es Madeleine, pero insistió en que fue secuestrada y vivió algo muy grave en el pasado. Además, afirmó que, investigando sobre el caso McCann, reconoció a uno de los sospechosos, quien, según ella, abusó sexualmente de ella.

A pesar de que ya se confirmó que no es Madeleine McCann, Julia se sometió a una prueba de ADN para determinar si es otra niña desaparecida. Un grupo de detectives en línea sugirió que podría tratarse de Livia Schepp, una niña suiza desaparecida en 2011 junto a su gemela Alessia.

“Julia se hizo una prueba de ADN y estamos investigando si es posible comparar su ADN con el de la desaparecida Livia. Estamos explorando todas las posibilidades en esta etapa”, dijo su representante.

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