Biden, precandidato demócrata, obtuvo el 79% de los votos a pesar de enfrentar críticas dentro de su partido por su postura sobre el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza. La controversia impulsó un movimiento de votos “no comprometidos” en protesta a la línea de Biden, pero no fue suficiente para evitar su amplio triunfo.

Trump, por su parte, consolidó su posición como favorito republicano con el 66% de los votos. La senadora Nikki Haley, su única rival que queda en la contienda, espera resistir hasta el “supermartes” del 5 de marzo cuando se definirá la nominación.

La guerra en Gaza generó molestia entre demócratas, especialmente en áreas con población árabe-estadounidense. Encuestas indicaban que la mayoría del partido avalaba la postura de Biden, pero el voto de castigo se considera una señal de preocupación de cara a noviembre.

En tanto, Trump encara con optimismo el “supermartes” tras arrasar en las primarias hasta ahora. Su fortaleza en la interna republicana no implica igual respaldo en las generales, donde Michigan será clave como estado pendular.

El apoyo a Haley en ciertos sectores del partido denota divisiones internas. Ambos precandidatos deberán tejer finas estrategias en un contexto complejo, con el voto árabe-estadounidense en la mira y una juventud crítica de la beligerancia israelí.