El conflicto entre Israel e Irán experimentó una nueva escalada el jueves cuando misiles iraníes impactaron el principal hospital del sur de Israel y edificios residenciales cerca de Tel Aviv, mientras que Israel respondió atacando un reactor de agua pesada del programa nuclear iraní.

Los ataques con misiles iraníes dejaron al menos 240 personas heridas, cuatro de ellas de gravedad, según informó el Ministerio de Salud israelí. La mayoría de las víctimas sufrió heridas leves, incluidas más de 70 personas del Centro Médico Soroka en Beersheba, donde se registró el impacto directo de un misil que generó una densa humareda y obligó a la evacuación de pacientes.

El misil impactó casi inmediatamente después de que sonaran las sirenas antiaéreas, provocando una fuerte explosión audible desde las salas seguras del hospital. El proyectil alcanzó un antiguo edificio de cirugía que había sido evacuado previamente. Tras el ataque, el centro médico, que cuenta con más de 1.000 camas y sirve a aproximadamente un millón de residentes del sur de Israel, suspendió el ingreso de pacientes excepto para casos que pongan en riesgo la vida.

En respuesta a los bombardeos, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, culpó directamente al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, y declaró que el ejército “ha recibido órdenes y sabe que, para lograr todos sus objetivos, este hombre absolutamente no debe continuar existiendo”.

Esta amenaza se produce después de que autoridades estadounidenses revelaran que el presidente Donald Trump había vetado un plan israelí para eliminar a Jamenei. Trump posteriormente aclaró que no había planes para matarlo “al menos por ahora”.

Como parte de su respuesta, Israel atacó el reactor de agua pesada de Arak, una instalación clave del programa nuclear iraní. El Ejército israelí confirmó que sus aviones de combate atacaron la instalación y el sello del núcleo del reactor para evitar su uso en la producción de plutonio.

“El ataque tuvo como objetivo el componente destinado a la producción de plutonio, para evitar que el reactor sea restaurado y utilizado para el desarrollo de armas nucleares”, declaró el Ejército israelí. También atacaron otro sitio cerca de Natanz relacionado con el programa nuclear iraní.

La televisión estatal iraní aseguró que “no hay peligro de radiación en absoluto” tras el ataque al recinto de Arak, confirmando que la instalación había sido evacuada sin daños en las áreas civiles circundantes.

Un funcionario militar israelí reveló que Irán utilizó un misil con múltiples ojivas en el ataque del jueves, representando un nuevo desafío para los sistemas de defensa israelíes. Este tipo de armamento complica la labor del Domo de Hierro y otros sistemas de defensa aérea, ya que deben rastrear múltiples objetivos simultáneamente en lugar de una sola ojiva.

Según un grupo de derechos humanos iraní con sede en Washington, al menos 639 personas han muerto en Irán, incluidos 263 civiles, con más de 1.300 heridos desde que comenzó el conflicto la semana pasada. En represalia, Irán ha lanzado más de 400 misiles y cientos de drones, causando al menos 24 muertes en Israel y cientos de heridos.

El ministro iraní de Exteriores, Abbas Araghchi, anunció que viajará a Ginebra para reunirse con sus homólogos europeos el viernes, señalando la posible formación de una nueva iniciativa diplomática. La reunión incluirá a los ministros de Exteriores de Reino Unido, Francia y Alemania, junto con la principal diplomática de la Unión Europea.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó el ataque al hospital y prometió una respuesta contundente: “Cobraremos el precio completo a los tiranos en Teherán”. Mientras tanto, Trump ha indicado que busca algo “mucho más grande” que un alto el fuego y no ha descartado la participación estadounidense en la campaña israelí, lo que Irán ha advertido tendría “graves consecuencias”.

Con información de ap