El Ministerio de Exteriores de Irán convocó al embajador alemán en Teherán, Hans-Udo Motsel, para expresar su “dura protesta” por el cierre de varios centros islámicos en Alemania. La acción, según el gobierno iraní, tendrá “consecuencias”, aunque no explicó cuáles.

El Centro Islámico de Hamburgo y sus suborganizaciones fueron prohibidos por el Ministerio del Interior de Alemania por tratarse de una “organización islamista extremista” que persigue objetivos anticonstitucionales. El gobierno alemán considera que el centro tiene vínculos con el grupo chií libanés Hezbolá, que es considerado un grupo terrorista por varios países occidentales.

Irán es un importante aliado de Hezbolá desde la formación del grupo libanés en los años 80, y forma parte del llamado “Eje de la Resistencia”, alianza antiisraelí liderada por Teherán. El director general para Europa Occidental de la Cancillería iraní, Majid Nili Ahmadabadi, se reunió con el embajador alemán y expresó su “dura protesta” por la acción alemana.

“Algunas corrientes que apoyan a los terroristas y defensores de la violencia y el extremismo buscan incitar tensiones religiosas mediante acusaciones infundadas”, dijo Ahmadabadi. “El cierre de los centros islámicos es un claro ejemplo de islamofobia y de oposición a las enseñanzas de las religiones abrahámicas”.

El gobierno iraní advirtió al gobierno alemán sobre las “consecuencias de acciones tan destructivas”, aunque no explicó cuáles. La acción alemana ha generado tensiones entre los dos países, y se espera que la situación se desarrolle en las próximas semanas.

Con información de DW