Un devastador balance emerge tras el paso del huracán Helene por la costa este de Estados Unidos, con 116 víctimas mortales confirmadas hasta el momento, según reporta NBC News. El ciclón, que tocó tierra en Florida como un huracán de categoría 4, ha dejado una estela de destrucción que se extiende por varios estados, siendo Carolina del Norte la región más afectada con 35 fallecidos solo en el condado de Buncombe.

La infraestructura eléctrica ha sufrido daños severos, dejando a más de 2 millones de usuarios sin servicio en Georgia, Carolina del Norte y Florida. Las inundaciones han sumergido áreas significativas de ciudades como Asheville, donde numerosas comunidades permanecen aisladas debido a carreteras destruidas, requiriendo rescates aéreos para evacuar a residentes atrapados.

La respuesta gubernamental ha sido inmediata, con despliegues de la Guardia Nacional y equipos de búsqueda y rescate provenientes de estados vecinos como Pensilvania, Nueva York y Connecticut. El presidente Biden ha garantizado apoyo federal continuo, mientras que el expresidente Trump planea visitar Valdosta, Georgia, una de las zonas más impactadas.

Entre las historias trágicas destaca la de Donna Fagersten, de 66 años, quien perdió la vida en Indian Rocks Beach, Florida, al intentar salvar a su mascota durante la tormenta. La comunidad latina en Tennessee también ha sufrido pérdidas significativas, con varios miembros aún desaparecidos.

Aunque Helene se ha disipado, la amenaza persiste debido a las lluvias continuas que podrían agravar la situación en los Apalaches. Además, se monitorean otros sistemas en el Atlántico que podrían afectar la región del Big Bend, manteniendo en alerta a las autoridades y comunidades ya golpeadas por este desastre natural.