La Iglesia Católica tiene nuevo líder tras el fallecimiento del papa Francisco. Este 8 de mayo de 2025, una columna de humo blanco emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina aproximadamente a las 18:06 hora de Roma, anunciando al mundo que los 133 cardenales electores han alcanzado el consenso necesario en la elección del nuevo Sumo Pontífice.

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La multitud congregada en la Plaza de San Pedro estalló en júbilo al avistar la tradicional señal que indica la exitosa elección papal. Para ser elegido, el nuevo pontífice debió asegurar al menos 89 votos, equivalentes a los dos tercios de los cardenales participantes.

El cónclave concluyó tras solo dos días de deliberaciones, presumiblemente en el cuarto escrutinio si se consideran las cuatro votaciones diarias establecidas en el protocolo y la única realizada ayer miércoles. Este periodo relativamente breve se alinea con la tendencia de los cónclaves recientes, aunque históricamente estos procesos han variado enormemente en duración.

La identidad del sucesor de Francisco será revelada en los próximos minutos desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. El cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunciará la tradicional fórmula latina “Habemus Papam” (“Tenemos Papa”) y anunciará tanto el nombre de nacimiento del elegido como el nombre pontificio que ha decidido adoptar.

Posteriormente, el nuevo Papa hará su primera aparición pública e impartirá la bendición “Urbi et Orbi” (“A la ciudad y al mundo”), marcando el inicio oficial de su pontificado como líder espiritual de aproximadamente 1.300 millones de católicos alrededor del mundo.

La historia registra cónclaves de muy diversa duración. El más breve documentado fue el que eligió al papa Julio II en 1503, completado en cuestión de horas. En contraste, la elección de Celestino V se extendió por 27 meses entre 1292 y 1294 debido a profundas divisiones entre los cardenales.

El nuevo pontificado comienza tras la muerte del papa Francisco, ocurrida el 21 de abril, quien lideró la Iglesia Católica desde 2013. La elección marca el inicio de un nuevo capítulo para la institución religiosa milenaria, que enfrenta numerosos desafíos en el mundo contemporáneo.

Los fieles católicos y observadores de todo el mundo permanecen atentos a la presentación oficial del 267º sucesor de San Pedro, quien asumirá la responsabilidad de guiar a la Iglesia Católica en los próximos años.

Con información de apnews, efe, wradio