El funeral del papa Francisco marcó un antes y un después en la historia del Vaticano al romper con tradiciones centenarias, reafirmando su legado de humildad y cercanía con los más vulnerables. A diferencia de las ceremonias solemnes de sus predecesores, Francisco dispuso un adiós austero, con un cortejo fúnebre sencillo y un entierro fuera de los muros vaticanos.

El papa Francisco fue despedido en la Plaza de San Pedro, escenario también de los funerales de Juan Pablo II en 2005 y de Benedicto XVI en 2023. Sin embargo, a diferencia de estos pontífices, que fueron enterrados en la cripta de la Basílica de San Pedro, Francisco eligió como su lugar de descanso la Basílica de Santa María la Mayor, un sitio mariano con el que mantuvo un vínculo especial durante su vida.

Un adiós marcado por la sencillez

El papa Francisco dejó instrucciones precisas en su testamento para que su funeral se celebrara “sin pompa, pero con dignidad”. Mientras que sus antecesores fueron enterrados en féretros triples de plomo, bronce y madera, Francisco optó por un solo ataúd de madera sencilla y por eliminar ornamentos y protocolos excesivos en su Misa de réquiem.

En contraste con las largas vigilias y novenarios de luto público que siguieron a las muertes de Juan Pablo II y Benedicto XVI, el funeral de Francisco se caracterizó por su brevedad y sobriedad, enfocándose en la oración y el acompañamiento espiritual.

Asistentes de todos los ámbitos sociales

El funeral del papa Juan Pablo II reunió a más de 200 jefes de Estado y aproximadamente 4 millones de fieles, mientras que el de Benedicto XVI congregó a unos 50.000 asistentes, entre ellos cardenales, obispos y monarcas europeos.

En el caso de Francisco, la ceremonia contó con la presencia de líderes mundiales como Donald Trump y Emmanuel Macron, pero también de 40 personas en situación de calle, migrantes y miembros de comunidades marginadas, quienes fueron invitados personalmente como “privilegiados” en sus últimos momentos, de acuerdo a su voluntad.

Esta inclusión refleja el enfoque pastoral que caracterizó su pontificado, orientado a dar voz y dignidad a los sectores más olvidados de la sociedad.

Legado y transformación de los rituales vaticanos

El funeral y entierro del papa Francisco no solo modificaron el protocolo tradicional del Vaticano, sino que también reforzaron su mensaje de transformación dentro de la Iglesia Católica. Su decisión de reducir el aparato ceremonial y priorizar la sencillez busca dejar un precedente en las prácticas futuras del Vaticano, centrando el foco en los valores evangélicos de humildad y servicio.

El entierro en Santa María la Mayor, fuera de los muros del Vaticano, constituye un gesto simbólico que resalta el deseo del pontífice de acercar la Iglesia a la humanidad, más allá de las estructuras institucionales tradicionales.