Al menos 800 personas perdieron la vida y más de 1.500 resultaron heridas tras un fuerte terremoto de magnitud 6 que sacudió el este de Afganistán en la medianoche del domingo. El sismo, registrado a solo ocho kilómetros de profundidad, tuvo su epicentro a 27 kilómetros de Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

La provincia más golpeada fue Kunar, fronteriza con Pakistán, donde murieron al menos 610 personas y 1.300 más resultaron heridas, de acuerdo con cifras oficiales del Ministerio del Interior afgano. Helicópteros de rescate enviados por el gobierno de los talibanes se movilizaron hacia las zonas afectadas, aunque las autoridades advirtieron que el balance de víctimas podría aumentar debido a la dificultad de acceso a áreas remotas.

En Nangarhar, otra de las regiones afectadas, se reportaron 12 fallecidos y 255 heridos. Testimonios de funcionarios locales describieron escenas de pánico. “Fue terrorífico, los niños y las mujeres gritaban. Nunca habíamos vivido nada parecido”, relató Ijaz Ulhaq Yaad, representante del distrito de Nourgal.

Réplicas y familias desplazadas

El terremoto estuvo acompañado de al menos cinco réplicas, una de ellas de magnitud 5,2, que se sintieron a cientos de kilómetros. Muchas de las víctimas pertenecían a familias que habían regresado recientemente a Afganistán tras ser expulsadas de Pakistán e Irán. Según autoridades locales, cerca de 2.000 familias de refugiados habían vuelto a Kunar con planes de reconstruir sus hogares en esta región agrícola.

Los terremotos son frecuentes en Afganistán, especialmente en la cordillera del Hindu Kush, donde convergen las placas tectónicas eurasiática e india. En 2022, un movimiento telúrico de magnitud 5,9 sacudió Paktika y dejó más de mil muertos, mientras que en 2023 otro sismo en Herat causó más de 1.500 fallecidos y destruyó 63.000 viviendas.

El país también recuerda el terremoto de 2015, de magnitud 7,5, que provocó la muerte de más de 380 personas entre Afganistán y Pakistán.

El desastre ocurre en un contexto de crisis humanitaria severa. Tras cuatro décadas de guerra y el regreso de los talibanes al poder en 2021, Afganistán ha visto reducida la ayuda internacional, lo que limita su capacidad de respuesta frente a emergencias naturales. A esto se suman las recientes inundaciones en Nangarhar, que el viernes anterior dejaron cinco muertos y arrasaron cultivos.

Las autoridades continúan con las labores de rescate y asistencia a los sobrevivientes, aunque advierten que la magnitud de los daños y la precariedad de las infraestructuras dificultan el proceso de recuperación.

☪️🇬🇧 REINO UNIDO

Una “importada” con el Niqab islámico se enfadó por ser grabada en la calle, que es un espacio público, y acabó llamando a su marido para que hiciera algo contra el británico que grababa las calles…

El británico les dijo:
“¡Esto es Reino Unido, no Afganistán!” pic.twitter.com/agtc9DVhVd

— Emy de Ayuso (@emy_ayuso) August 31, 2025