En una audiencia realizada en Estados Unidos, Clíver Alcalá Cordones, un exgeneral venezolano y exaliado de Hugo Chávez, se declaró culpable de financiar y respaldar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Durante el interrogatorio, Alcalá confesó que desde Venezuela se proporcionó apoyo militar directamente a los excomandantes de las Farc, Rodrigo Londoño (alias Timochenko) e Iván Márquez, revelando así detalles de la operación que supuestamente fue ordenada y respaldada por Chávez.

En su declaración, Alcalá explicó que se suministró armamento desde Venezuela, incluyendo lanzagranadas, y que se brindó protección a guerrilleros colombianos. Esta información se ha dado a conocer a través de la transcripción de la audiencia judicial en Estados Unidos, revelada por el periodista Joshua Goodman.

Durante el interrogatorio, le preguntaron a Alcalá si era cierto que proporcionó apoyo a las Farc mientras era general en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela, a lo que respondió afirmativamente.

El exgeneral venezolano se entregó a agentes de la DEA en Colombia en marzo de 2020, después de que el Gobierno de Estados Unidos presentara cargos por narcoterrorismo contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro. Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta 10 millones de dólares por su captura, acusándolo de facilitar el transporte de cocaína a través de Venezuela para narcotraficantes colombianos.

Venezuela acusa a Alcalá Cordones, quien en el pasado fue colaborador cercano de Hugo Chávez pero se distanció de Maduro, de liderar un plan para derrocar al mandatario y asesinar a las principales figuras del chavismo.

Es importante destacar que esta revelación de la confesión de Alcalá en Estados Unidos coincide con una versión de la Segunda Marquetalia, una disidencia de las Farc, que confirma la muerte de alias Iván Márquez. Hace un año, Márquez resultó herido en un ataque en territorio venezolano, pero sobrevivió a pesar de los rumores que surgieron en julio de 2022 sobre su fallecimiento.

Con esta confesión, se profundiza la relación entre el régimen venezolano y las Farc, y se abre un nuevo capítulo en la compleja situación política y militar de la región.