Una propuesta de paz elaborada por Estados Unidos para poner fin al conflicto en Ucrania contempla que Kiev ceda territorio controlado por Rusia y reduzca a la mitad su ejército, reveló este miércoles una fuente conocedora del asunto a la agencia AFP. El anuncio se produjo el mismo día en que un bombardeo ruso causó la muerte de 26 personas en el oeste ucraniano.

Según la fuente consultada, que pidió permanecer en el anonimato, el borrador del plan estipula “el reconocimiento de Crimea y otras regiones que los rusos han tomado” y “la reducción del ejército a 400.000 efectivos”. Adicionalmente, Ucrania debería renunciar a su armamento de largo alcance.

La fuente señaló que existe incertidumbre sobre el origen exacto de la propuesta: “Un matiz importante es que no entendemos si esto es una cosa de Trump” o de “su entorno”. Tampoco quedó claro qué ofrecería Rusia a cambio de estas concesiones ucranianas.

AFP contactó con la Casa Blanca para obtener comentarios, sin recibir respuesta hasta el momento de la publicación. Previamente, el medio estadounidense Axios había informado que Moscú y Washington trabajaban en un plan secreto para terminar con la guerra iniciada en febrero de 2022.

El Kremlin evitó comentar sobre esta información y posteriormente indicó que no había novedades en los esfuerzos de paz. Actualmente, Rusia controla aproximadamente una quinta parte del territorio ucraniano, en gran parte destruido por los combates.

Una de las principales exigencias rusas para alcanzar la paz es conservar las zonas del este y sur de Ucrania que controla. En 2022, Moscú reivindicó la anexión de cuatro regiones ucranianas: Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, aunque no las controla en su totalidad. Rusia también se anexionó la península de Crimea en 2014 y la domina completamente.

Al menos 26 personas, incluidos tres niños, murieron este miércoles en uno de los peores bombardeos rusos en el oeste de Ucrania. El ataque dejó además 92 heridos, según reportaron los servicios de emergencia. La ciudad de Ternópil fue el epicentro de la ofensiva, que alcanzó dos bloques de viviendas.

Las autoridades locales informaron que los incendios provocados por el bombardeo multiplicaron por seis el nivel de cloro en el aire, solicitando a los residentes permanecer en sus hogares con las ventanas cerradas. Las fotografías publicadas muestran edificios destrozados con enormes incendios visibles a través de ventanas rotas.

Rusia lanzó más de 476 drones y 48 misiles durante la noche, según la fuerza aérea ucraniana, que destruyó 442 y 41 respectivamente. Los ataques también causaron decenas de heridos en la región nororiental de Járkov y afectaron otras partes del oeste ucraniano.

El jefe de gobierno alemán, Friedrich Merz, denunció “una intensificación masiva” de los ataques rusos. “Esto no tiene nada que ver con objetivos militares. Se trata puramente de una guerra de terror contra la población civil ucraniana”, declaró en rueda de prensa.

El bombardeo coincidió con la visita del presidente ucraniano Volodimir Zelenski a Turquía, donde se reunió con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan en Ankara para reanudar las negociaciones de paz. Zelenski expresó su voluntad de que se reanuden los canjes de prisioneros con Rusia “de aquí a finales de año”.

La reunión, realizada sin presencia rusa, buscaba reactivar la participación estadounidense en los esfuerzos por terminar la invasión rusa. Sin embargo, el encuentro estuvo marcado por la ausencia de Steve Witkoff, el principal enviado del presidente Donald Trump.

Turquía ha acogido tres rondas de conversaciones entre Rusia y Ucrania este año, que únicamente han resultado en intercambios de prisioneros y la repatriación de cuerpos de soldados fallecidos. Mientras tanto, el ejército ruso continúa bombardeando ciudades e infraestructuras energéticas ucranianas antes del inicio del invierno boreal.

 

 

 

Con información de dw