El Estado Islámico ha asumido la responsabilidad del atentado que tuvo lugar en una mezquita en Irán, cobrando la vida de más de 80 personas durante una conmemoración al fallecido general Qasem Soleimani.

El presidente Ebrahim Raisi condenó los ataques como un “atentado odioso”, catalogándolos como actos atroces. El número oficial de muertos se sitúa en 84, aunque las autoridades iraníes indican que este número podría aumentar a medida que se oficialicen más víctimas. Además, más de 200 personas resultaron heridas en el incidente, marcándolo como el peor atentado en el país desde 1979.

Los ataques ocurrieron alrededor de las 4:30 de la tarde, hora local, cerca de la mezquita Saheb al Zaman, que alberga la tumba del general Soleimani, asesinado por un dron estadounidense en 2020 en Irak.
El Estado Islámico, por su parte, ha ampliado su amenaza al convocar a sus seguidores a llevar a cabo atentados en diversas ciudades de Europa y Estados Unidos. La convocatoria se justifica por el supuesto apoyo occidental a Israel en la guerra en la Franja de Gaza, buscando vengar a los musulmanes de Palestina y otros países de Oriente Medio.

“Hacedles saber que rendirán cuentas por sus crímenes en Palestina, en Irak, en el Levante y en el resto de los países musulmanes, en las calles de Washington, París, Londres, Roma y los países de los ateos”, declaró el portavoz del EI, Abu Hazifa al Ansari, en un audio difundido por los canales del grupo terrorista.