El estado de São Paulo, Brasil, ha declarado estado de emergencia debido a una serie de graves incendios que han azotado la región en los últimos tres días. El desastre ha provocado la destrucción de más de 20.000 hectáreas, dejando un saldo de al menos dos muertos y aproximadamente 800 personas desplazadas.

Desde el viernes 23, se han registrado más de 2.300 incendios, convirtiéndose en el agosto con mayor número de frentes abiertos en la historia del estado desde 1998. Aunque la mayoría de estos fuegos ya han sido sofocados, las autoridades mantienen la alerta en cerca de 50 ciudades.

El gobernador Tarcisio de Freitas ha señalado que las condiciones meteorológicas actuales han contribuido significativamente a la propagación de los incendios. “Tenemos la combinación de una sequía severa, baja humedad y fuertes vientos que hacen que estos incendios se propaguen”, explicó.

Las autoridades han detenido a dos sospechosos en relación con los incendios, sugiriendo que la acción humana ha jugado un papel en el desastre. De Freitas ha reprendido a quienes continúan utilizando el fuego para eliminar residuos y basura, calificando esta práctica como “inaceptable”.

En Ribeirao Preto, uno de los focos activos más preocupantes, ráfagas de viento de hasta 80 kilómetros por hora han propagado el fuego, destruyendo viviendas en cuestión de minutos.

La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, ha calificado estos incendios como “atípicos” y ha abogado por una investigación exhaustiva. “En São Paulo no es natural, bajo ninguna circunstancia, que en pocos días haya tantos frentes que afecten simultáneamente a varios municipios”, afirmó Silva.

La ministra también ha establecido paralelos con el ‘día del fuego’ de 2019 en Pará, y ha mencionado que se han iniciado investigaciones no solo en São Paulo, sino también en las regiones del Pantanal y la Amazonía.

Con información de wradio y Europa Press