La falta de espacio en albergues para la creciente población inmigrante ha obligado a las autoridades de Chicago, Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos a buscar soluciones de emergencia de cara al invierno, como habilitar sótanos de iglesias o instalar carpas climatizadas. Sin embargo, una de las ciudades más afectadas, Chicago, anunció que esta situación limitará a 60 días la estadía de inmigrantes indocumentados en los refugios de esta ciudad.

El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, señaló que este plazo se combinará con gestión de casos y acceso al mercado laboral para lograr su autosuficiencia, además de anunciar una inversión de 160 millones de dólares para expandir la red de albergues en la ciudad.

Más de 20.000 inmigrantes, principalmente enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, han llegado a Chicago en el último año. Actualmente, más de 3.000 personas viven en el aeropuerto y comisarías a la espera de ser reubicados.

Ante la escasez de espacios, algunos inmigrantes se han visto forzados a instalar carpas cerca de las comisarías. “La nieve nos pilló inesperadamente. No sabíamos que iba a nevar”, relató Gleicy Martínez, madre venezolana de dos hijos.

Los inmigrantes venezolanos dijeron que se están dando cuenta de que la ciudad está en un punto crítico. No sólo no hay más espacio en los refugios, también reconocen que algunos residentes en Chicago se oponen a que se abran más refugios para ellos https://t.co/6IdM9z5aep

— CastoOcando.com (@cocando) November 17, 2023

A medida que las temperaturas bajan, la realidad de los migrantes atrapados durmiendo fuera de las comisarías se vuelve más terrible. No solo no tienen espacio en los refugios, sino que los residentes de la ciudad se oponen a la apertura de nuevos refugios como medio para disuadir a los nuevos migrantes ante la disminución de empleos. Esto se suma a los retardos para la obtención de asilo o, en su defecto, un permiso de trabajo.

Pese a las críticas por la lentitud de respuesta, el Ayuntamiento trabaja en la habilitación de carpas acondicionadas y nuevos albergues antes de que el frío extremo se instale. Organizaciones como la Iglesia Luterana del Buen Pastor que transformó su sótano en refugio de emergencia, también trabajan para encontrar soluciones a esta problemática.

“La buena voluntad y la caridad no pueden solucionar problemas sistémicos. Esto es una falta de infraestructura y planificación”, criticó Annie Gomberg, voluntaria que coordina entrega de comidas y ropa.

Nueva York y Denver enfrentan dilemas similares con miles de inmigrantes en carpas. El alcalde neoyorquino Eric Adams evalúa suspender un acuerdo legal de alojamiento ante la saturación, lo que obligaría a los migrantes a dormir en la calle.

Las autoridades locales confían en hallar soluciones antes de que el frío congelante ponga en peligro a miles de familias inmigrantes que huyen de crisis sociales y políticas en sus países.

Inmigrantes de #Venezuela en #Chicago comienzan el plan retorno a su país a medida que se acerca el Invierno al no encontrar trabajo, porque creen que el permiso se los dan apenas se entregan en Inmigración, #USCIS. @USCIS. #EstadosUnidos. #USAhttps://t.co/uXFt1v7enN

— jesus david kelly g (@jdkellyg) November 13, 2023