El papa Francisco proclamó santos este domingo a ocho frailes franciscanos, siete de ellos españoles, que fueron asesinados en Siria en 1860 durante un año de persecución y masacres contra cristianos. La ceremonia de canonización se llevó a cabo en la plaza San Pedro del Vaticano, ante la presencia de fieles.

Entre los nuevos santos se encuentra el español Manuel Ruiz López, quien fue superior del convento de San Pablo en Damasco y fue asesinado por una multitud de drusos en 1860. Junto a él, también fueron canonizados otros siete frailes menores, entre ellos los españoles Carmelo Bolta, Nicanor Ascansio, Nicolás María Alberca, Pedro Nolasco Soler, Francisco Piñazo Peñalver y Juan Fernández, y el austríaco Engelbert Kolland.

Los religiosos fueron asesinados después de que rechazaran una propuesta del gobernador otomano de la época para refugiarse en su residencia, ya que no querían dejar sola a la gente que buscaba protegerse en el convento.

Además de los frailes franciscanos, también fueron canonizados otros tres laicos maronitas, Francesco Massabki, Mooti Massabki y Raffaele Massabki, que murieron en la misma masacre. También fueron proclamados santos el presbítero italiano Giuseppe Allamano, la italiana Elena Guerra y la canadiense Marie-Léonie Paradis.

La ceremonia de canonización contó con la presencia de autoridades como Félix Bolaños, ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes del Gobierno español.

El papa Francisco destacó la importancia de los nuevos santos en su homilía, afirmando que “continuamos la obra de Jesús en el mundo” y que los nuevos santos “fueron siervos fieles, hombres y mujeres que sirvieron en el martirio y la alegría”.

Con información de efe