El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó un bombardeo en Siria e Irak como represalia por la muerte de tres soldados estadounidenses en un ataque ocurrido el domingo en una base militar en Jordania.

Los blancos del ataque aéreo fueron 85 posiciones de milicias proraníes y de la Guardia Revolucionaria de Irán en ambos países, según informó el El Comando Central del Ejército de Estados Unidos (Centcom). Se emplearon más de 125 piezas de munición guiada de precisión desde drones y bombarderos B-1.

Es la mayor intervención militar de EEUU en Oriente Medio desde 2017-2018. Entre los objetivos atacados se encuentran centros de mando, comunicaciones, arsenales, depósitos de combustible y bases para drones.

Las autoridades iraquíes reportaron al menos 16 muertos, incluyendo civiles. En Siria, el Observatorio Sirio de DDHH confirmó 18 fallecidos.

Es relevante que EEUU atacara directamente a la Guardia Revolucionaria iraní, siendo la primera vez desde el asesinato del general Qassem Soleimani en enero de 2020.

Biden advirtió que esta es solo la primera fase de la respuesta y que EEUU seguirá actuando según lo considere necesario. Anunció también nuevas sanciones económicas contra Irán.

La acción ha generado preocupación por una posible escalada del conflicto en la región. La organización miliciana proiraní Resistencia Islámica en Irak se atribuyó el ataque del domingo contra la base en Jordania donde murieron los soldados estadounidenses.

Se espera que EEUU extienda su respuesta militar en el tiempo, incluso con ciberataques. El presidente Biden busca evitar una guerra abierta, pero dejó claro que responderá con firmeza a cualquier agresión contra intereses estadounidenses.