Funcionarios estadounidenses se reunieron en secreto en Ciudad de México con representantes del gobierno de Nicolás Maduro para mantener las negociaciones sobre reformas democráticas en Venezuela. Esto ocurre mientras se acerca la fecha límite para restablecer las sanciones contra la industria petrolera venezolana.

Daniel Erikson del Consejo de Seguridad Nacional y Jorge Rodríguez, principal negociador de Maduro, discutieron las condiciones electorales el pasado martes. El mismo día, el presidente colombiano Gustavo Petro viajó a Caracas respaldado por EE.UU. y se reunió con Maduro y a la mañana siguiente con el candidato opositor Manuel Rosales.

Maduro ha puesto a prueba los límites del acuerdo con la oposición al prohibir la candidatura de María Corina Machado y Corina Yoris en los comicios de este año.

De levantarse la suspensión, Venezuela podría perder hasta $2,000 millones en ingresos petroleros para finales de 2024, según analistas. Sin embargo, desde octubre ha obtenido $740 millones adicionales gracias a la licencia.

Mientras tanto, EE.UU. ha instado a los países vecinos a presionar a Maduro. Las autoridades de ambas naciones acordaron reunirse esta semana, luego de hacerlo el 23 de febrero previo a las elecciones anticipadas.

Francisco Palmieri, jefe de la misión diplomática para Venezuela, y Jennifer Daskal, asesora adjunta de Seguridad Nacional, formaron parte de la delegación estadounidense. Aún quedan pendientes detalles como la participación de observadores electorales confiables.