En un movimiento sin precedentes, Estados Unidos ha confiscado el avión oficial del presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la República Dominicana. La operación, llevada a cabo este lunes, se basa en las sanciones estadounidenses vigentes contra Venezuela, según informó CNN en exclusiva.

Dos funcionarios estadounidenses revelaron a CNN que la aeronave fue trasladada a Florida tras su incautación. El avión, valorado en aproximadamente 13 millones de dólares, había permanecido en territorio dominicano durante los últimos meses.

La adquisición de la aeronave por parte de Venezuela fue considerada una violación de las sanciones estadounidenses, lo que motivó su decomiso. Los funcionarios describieron el avión como el equivalente venezolano al Air Force One, subrayando su importancia simbólica y práctica para el gobierno de Maduro.

Esta acción representa un mensaje contundente de Estados Unidos hacia el gobierno venezolano. Un funcionario declaró a CNN: “Incautar el avión del jefe de Estado extranjero es algo inaudito en asuntos penales. Estamos enviando un mensaje claro aquí de que nadie está por encima de la ley, nadie está por encima del alcance de las sanciones estadounidenses”.

La operación involucró a varias agencias federales estadounidenses y se realizó en colaboración con las autoridades de la República Dominicana, quienes notificaron a Venezuela sobre la incautación.

Este decomiso se produce en un contexto de tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela. En abril, EE.UU. revirtió parcialmente el alivio de sanciones sobre el petróleo y gas venezolano, acusando a Maduro de incumplir compromisos electorales.

Recientemente, EE.UU. ha criticado al gobierno venezolano por la falta de transparencia en las elecciones del 28 de julio y por las acciones del Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

El gobierno venezolano ha respondido a las críticas estadounidenses afirmando que “no debe explicaciones” sobre la reelección de Maduro. El canciller venezolano, Yván Gil, acusó al Departamento de Estado de EE.UU. de “insistir en su despreciable posición de meterse en asuntos que no son de su incumbencia”.

Con información de efe