Donald Trump, próximo mandatario de Estados Unidos, fue declarado culpable en un caso de soborno relacionado con el pago de 130.000 dólares a la ex actriz de cine para adultos Stormy Daniels, con el propósito de mantener en secreto una supuesta relación íntima entre ambos. A pesar de esta sentencia histórica, el juez Juan Merchan dictaminó libertad incondicional para el expresidente, lo que implica que no enfrentará pena de prisión ni multas económicas, pero sí se convierte en el primer presidente convicto en un juicio penal en la historia del país.

La sentencia llega a tan solo 10 días de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, marcando un hecho inédito en la política del país. Aunque la condena ha generado críticas y debates, no existe ningún impedimento legal para que Trump asuma su cargo como mandatario.

El caso de soborno data de 2016, durante la campaña electoral que llevó a Trump a su primer mandato. Según los hechos probados, el entonces candidato habría pagado a Daniels para evitar que salieran a la luz detalles de su relación, algo que, según la acusación, vulneró leyes de financiamiento electoral al ocultar pagos en sus registros de campaña.

Tras conocerse la decisión judicial, Trump se mostró desafiante y calificó el caso como parte de una “cacería de brujas” orquestada por sus opositores demócratas. En sus declaraciones, el magnate aseguró que este juicio no ha logrado impedir su regreso al poder y que seguirá adelante con sus planes para dirigir el país.

“Esta decisión demuestra que, a pesar de todos sus esfuerzos, no han podido derrotarme. Regresaré a la Casa Blanca para restaurar el liderazgo que necesita Estados Unidos”, afirmó Trump ante sus seguidores.

La condena contra Donald Trump añade una nueva capa de polémica a su figura, que ya enfrenta varias investigaciones legales en curso. Si bien este caso no ha logrado descalificarlo políticamente, el fallo judicial pone en evidencia las divisiones políticas en Estados Unidos y plantea desafíos éticos para su administración entrante.

Analistas señalan que Trump deberá mantener una conducta impecable durante su mandato, ya que cualquier nuevo acto ilícito podría llevarlo a enfrentar consecuencias legales más severas, incluida la posibilidad de prisión.